El día en que llegó la COVID-19 al Cauca, muchos médicos del hospital San José empacaron sus cosas y se fue a vivir solos para evitar que sus familias fueran contagiadas de una enfermedad llena de misterios y altamente contagiosa y letal que aun hace estragos donde la gente están bajando la guardia olvidando que esto aun no acaba .
Conversando con estos verdaderos hombre y mujeres los cuales son muestras de verdaderos soldados , los llamados a ser la primera línea que aun combate el mal llamado Covid 19 cuyas pequeñas batallas se ha ganado pero la guerra aun continua , es duro escuchar cuando todos se encuentran resaltando que aunque fueron formados para esto, me angustiaba contaminar a mi espos@ , familiares y amigos”, dicen , con un nudo en la garganta desde la que sirve como aseadora de la institución como aquellos que están esperando con tristeza y rabia el llevar a uno mas a cuidados intensivos por la impotencia de saber que solo la voluntad y la ayuda de Dios los puedes sacar vivos y dejando claro que vulnerables porque las secuelas se están conociendo apenas
al extraño brote de neumonía reportado por Wuhan (China) como una pandemia, muchos médicos nos resaltaron que desde el instante de escuchar esto se dijeron en pasillos del hospital que la enfermedad llegaría pronto a Colombia y que su mejor defensa era leer la literatura científica disponible, participar en actividades académicas y estar bien informada sobre el acontecer del virus en el mundo y en el país, para así poder dar soporte vital a los pacientes, salvar todas las vidas que sean posibles y protegerse a ella y a los suyos.
Cuando la enfermedad llega a territorio colombiano, el 6 de marzo, el Hospital San José en manos de su líder el medico CESAR EDMUNDO SARRIA PORRAS, reorganizó los servicios.
Se destinaron camas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) a la atención de los pacientes con COVID-19 Y, con cintas amarillas, se delimitaron las zonas contaminadas, las zonas especiales para retirarse los equipos de protección personal y las áreas limpias, que todos se esmeraban en cuidar por ser el espacio de seguridad. Incluso reacomodaron los dormitorios del personal de salud para poder mantener la distancia física en las horas de descanso.
Recuerda unos de los galenos que durante esa etapa le asustaba mucho ventilar pacientes, por la cantidad de aerosoles que se producen. “Pensábamos que con hacer una intubación nos íbamos a contaminar. Luego, lo empezamos a hacer una y otra vez y nos dimos cuenta de que no nos infectábamos si seguíamos al pie de la letra los protocolos de seguridad. Realmente la protección nuestra era posible”.
Mientras tanto, las autoridades sanitarias a cargo de la respuesta en Popayán también realizaban esfuerzos titánicos y a contrarreloj para fortalecer el sistema de vigilancia y la red nacional de laboratorios, para diseñar e implementar planes de emergencia, optimizar y aumentar la capacidad para la prestación de servicios de salud, con equipos y personal sanitario cualificado, y para conseguir equipos de protección personal, que por aquel entonces eran escasos a nivel mundial, y diseñaban estrategias pedagógicas y de comunicación, pues sabían que el comportamiento de los pobladores es fundamental para ganarle la batalla al virus
Hoy la Corporación Colombia Extremo y sus medios de Comunicación quieren rendir un homenaje a este equipo maravilloso de la salud no solo del Hospital San José sino a su vez a cada galeno ubicado en el Cauca y en el territorio nacional que aun combaten este letal virus al cual los invitamos no solo a no bajar la guardia sino a seguir cuidándose porque aun esto no termina