Con la lamentable noticia de la detención del exalcalde Francisco Fuentes Meneses
debido a la confirmación de la sentencia por el delito de prevaricato, por parte de la Corte
Suprema de Justicia, ha surgido, una vez más, el debate sobre cómo impartir justicia, a
quién impartir justicia, la proporcionalidad de la justicia, sobre las injusticias de la justicia,
la conveniencia de la justicia, la ética de la justicia, en fin. Surgen las opiniones desde el
corazón y desde la razón.
En un País, estado social de derecho, como Colombia, un consenso social debe ser que
la justicia es un derecho y un deber que todos y todas. Todos deberíamos tener claro
que la justicia es independiente, pero sus actuaciones son públicas. Que tenemos
derecho a acceder a ella en igualdad de condiciones, al menos eso dice en nuestra
Constitución Política. La realidad tiene otros matices que hacen parte del imaginario
popular: “La justicia es para los de ruana”, “le aplican la ley a los más pendejos”, “en la
calle andan los ladrones y meten a la cárcel a los inocentes”, “los delincuentes en la casa
y los honestos en la cárcel”. “Ese Señor es una gran persona, un gran hijo, un gran padre,
el mejor esposo”. Todas estas pueden ser verdades, pero la justicia no puede funcionar
así, ni por imaginarios colectivos, ni por sentimientos personales. La justicia es la justicia,
para todos, sin privilegios.
Podemos pararnos en debates sobre fallos de diferentes tribunales, sobre la inocencia,
que falla uno, o la sentencia del otro. Así es el mundo de las leyes, del derecho y de la
justicia. Diversas interpretaciones para un mismo hecho objetivo. Allí se origina todo el
debate, porque cada abogado tiene su interpretación, incluso cada instancia puede tener
fallos en sentidos diferentes y eso no significa que la justicia no actúe o sea un desastre.
A los demócratas nos corresponde acatar los fallos de la justicia, aunque no
compartamos sus decisiones o su forma de operar. Sin duda que la justicia también es
víctima del cáncer de la corrupción, hemos sido de los pocos países, donde el máximo
fiscal anticorrupción, es sentenciado por corrupto.
Al margen de estas posturas, vale la pena reflexionar sobre lo que corresponde a un
dirigente, gobernante, o gerente público en su relación con lo jurídico. Debe conocer la
ley, su ignorancia no lo hace inocente. Debe asesorarse de los mejores, sin importar su
cercanía o amistad. Debe respetar los conceptos jurídicos de sus asesores y desde luego
tener varios niveles de decisión cuando se trata de temas complejos. Pero que ocurre,
en muchas ocasiones: nombran de asesor jurídico a un amigo o amiga, que nunca diga
lo contrario a lo que quiere el jefe, que no se oponga, que comparta sus ambiciones y si
es posible, que ayude generosamente, a torcer la acción pública. También, suele ocurrir,
que no se acatan los conceptos jurídicos y se impone la decisión del jefe o se es mal
asesorado. En la gerencia pública existen todos los mecanismos e instancias para que
el riesgo de las decisiones sea el mínimo posible, lo que pasa es que a muchos no le
gustan los controles o las opiniones de otros y por eso “meten la pata”. De la
epidemiología aprendí, que mientras exista el riesgo, es necesario prevenirlo y que el
principio de precaución debe aplicarse con rigor en las decisiones públicas.
Reitero mi solidaridad con el exalcalde Francisco Fuentes Meneses,su familia y
copartidarios, pero es su deber responder a la justicia por sus actos y tiene el derecho a
usar todas las herramientas a su disposición para contradecir o moderar las decisiones
del Alto Tribunal.
En todo caso, siempre esperamos que la justicia nuestra con sus carencias y atributos
actúe con diligencia, frente a los presuntos actos delictivos en el cual están encartados
varios gobernantes del Cauca y sus municipios, incluido Popayán y que a mi parecer son
muchos más graves que lo endilgado al Dr. Fuentes.
Que la justicia siga siendo imparcial, eficaz, certera en la aplicación de la ley, accesible
a todos, independiente, pulcra, eficiente y respetuosa de los derechos humanos.
Qué así sea
Twin Falls, 24 de julio 2024
@oscarospinaquintero
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