A muchos de nosotros no nos ha caído en gracia que la Corte Constitucional aprobara el derecho de los homosexuales a unirse en matrimonio, miremos un poco más el fondo del asunto.
Cuando estaba en Cartagena hace algunos años, fui a una famosa discoteca, noté que solo dejaban entrar a personas de raza blanca y extranjeros, la verdad no me pronuncié por eso, pues prácticamente no me afectaba, irónicamente una turista alemana si se pronunció, pero los empleados le dijeron que era un ladrón de la zona conocidos por ellos, lo cual no la convenció mucho, pues ella sabía que era un comerciante sanandresano, al que ella estaba visitando, lo que demostró claramente que era un acto racista.
Hace un tiempo tuve la oportunidad de trabajar en Estados Unidos, enviado por mi empresa en Colombia durante seis meses, al principio todo era muy bonito, pero poco a poco empecé a notar como me animalizaban mis “amigos” gringos, es decir, en vez de usar conmigo, el famoso “he” (“el” de personas en inglés), se usaba el “it” (“el” de cosas o animales), después noté que eran más críticos con mi trabajo, también noté que cada vez que se refundía algo, el chiste típico, era esculquen al colombiano, entonces si empecé a fijarme en los actos de discriminación, ya no había esa superioridad de ser blanquito, porque ahora era el inferior latino, al final me alegré cuando terminé mi comisión fuera del país.
Decidí que cuando viera ese tipo de actos si me iba a pronunciar, ¿por qué antes no y ahora sí?, porque así somos, solo repetimos la ley cuando nos tocan, cuando la Corte se pronunció sobre el derecho de casarse, parejas del mismo sexo, me pregunté: Soy homofóbico? Y me conteste tal vez no soy ¡me volvieron! y ¿por qué digo eso? Tuve una novia largo tiempo, cuyo mejor amigo era una persona gay, después del primer año me di cuenta que era una persona como cualquiera, que conociera, pero con un gusto por personas de su mismo sexo, eso era lo único que nos diferenciaba.
Cuando hace un par de años se habló que no se podía aprobar el matrimonio gay como lo pedía la Corte, que porque eso abría la puerta para la adopción de parejas del mismo sexo y se ponía en riesgo a los menores, pues se ponían en las manos de unos degenerados y no sé qué más cosas, pues uno se llena de rabia y defiende a los menores pronunciándose en contra de esa posibilidad, como no la plantearon. Ahora me pongo a reflexionar y me pregunto: ¿Es posible que existan bisiexuales casados (hombre, mujer)? Creo que la respuesta es sí, es posible que esos bisexuales tengan hijos? También creo posible que la respuesta sea sí ¿Es posible que existan lesbianas que tengan hijos? sigo pensando que sí, ¿entonces la restricción es solo para los homosexuales hombres, que no tienen forma genética de producir hijos? Y la respuesta sigue siendo sí.
¿Es posible que exista población LGBT que convivan en relación afectiva y como pareja estable por años (hombre-hombre, mujer-mujer)? indudablemente sí. Al final entonces pensé es un hecho que hay personas LGTB, que están cerca a nuestra vida, tal vez no lo sepamos pero están ahí y que según las estadísticas es el 10% de la población ósea uno de cada 10 de nuestros amigos y conocidos, pertenece a esa comunidad, pero ahora miremos un poco más el fondo de la controversia.
Nuestra Constitución dice textualmente “Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la Ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
Pero como todo, eso es solo el papel, lo cierto es que si hay discriminación y que la igualdad que habla la Constitución también estaba en el papel, es decir cualquier miembro de la comunidad LGTB (lesbianas, gais, travestis y bisexuales), no tenían el derecho de casarse frente al estado, la resistencia del gobierno a hacer cumplir la Constitución en ese aspecto es simplemente un tema de dinero, que los LGTB coticen a pensiones y aportes parafiscales que tributen en todos sus aspectos de manera igualitaria, pero que si fallece su liquidación, su pensión y sus bienes no se entregue a su pareja sentimental, ¿qué nos afecta si se casan, si ya hay personas de esta comunidad conviviendo con relaciones estables?, la verdad nada, pero si no llenamos de odio e indignación, ¿por qué nos hacen pensar que es una aberración?, por eso pregunto ¿somos homofóbicos?
Columna de Fabio Mauricio Chaves Coy, Ingeniero de Sistemas – Especialista en Telecomunicaciones UIS