En ocasiones, cuando vamos por la calle nos encontramos con diferentes tipos de miradas, unas nos hacen sonreír, otras nos dan miedo, y otras simplemente pasan desapercibidas. Parece ser que por medio de una mirada podemos expresar lo que tenemos en nuestra alma hacia los demás. El apóstol Pedro experimentó quizá (para mí) la mirada más profunda y especial que alguien hubiese podido recibir, dice la palabra en Lucas 22:61-62 El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.» Y saliendo de allí, lloró amargamente. Esta mirada de Jesús es una mirada no de rencor, no de juicio, no de venganza, no de humillación, SI NO UNA MIRADA DE AMOR. Es posible que como Pedro hoy estés siguiendo a Jesús de lejos, es posible que hoy estés calentandote con el fuego equivocado y estés con compañías que te hagan negar a Dios. PERO RECUERDA que Jesús aún tiene su mirada de amor de perdón de misericordia puesta en tu vida, solo es que te arrepientas aunque tengas que llorar amargamente. Salmos 84:9 Oh Dios, escudo nuestro, pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos. Su Pastor *Carlos Alberto Diaz* C.A.D
¿Cuáles es el motivo para cambiar la fecha del concierto en Medellín?
La presentación estaba programada para el 23 de febrero del 2025 pero ahora el evento se llevará a cabo...