La educación es una gran herramienta para combatir la pobreza y promover equidad social. Eso no lo dudo. Es más… yo hago parte de aquellas generaciones que crecimos escuchando decir a nuestros padres: “la mejor herencia que le podemos dejar es la educación”.
Por eso, me suscita interés el sorpresivo y polémico análisis del vicepresidente de Recursos Humanos de Google, Laszlo Bock, quien en una reciente entrevista concedida al New York Times dice que tanto el promedio de notas de la universidad como los puntajes obtenidos en los distintos exámenes son inútiles como criterio de contratación y que, por lo tanto, un título universitario no sirve para nada. ¿Y entonces dónde nos queda la herencia de la educación?
Bock señala que existe una brecha entre la formación que reciben los universitarios y las demandas laborales, y que las habilidades de una persona en su trabajo no tienen ninguna relación con las que se exigen en la universidad. De ahí que Google, entre las prioridades a la hora de seleccionar personal, prefiere el nivel de experiencia del futuro contratado, y sin títulos relacionados con una universidad.
Sin embargo, el título debe ser prenda de garantía tanto para las empresas y entidades que requieran de un servicio especializado, como para algunos profesionales que cumplen una labor específica, como el médico, el arquitecto, el contador, el ingeniero, el abogado, entre otros, que no podrían ser reemplazados por personal técnico no calificado.
Así los tiempos hayan cambiado de manera radical, la sociedad sigue creyendo que estudiar mucho y obtener un título universitario son garantía para el éxito laboral y empresarial.
Lo importante es reconocer que la educación impartida en colegios y universidades nunca será completa, por lo que es necesario que, como emprendedor, el aula sea nuestro mundo y los profesores sean todas las personas que se encuentran a nuestro alrededor.
Emprendamos un camino de constante aprendizaje, donde cada día sea una oportunidad para crecer. No esperemos que la escuela, el colegio o la universidad nos preparen para afrontar todos los retos que la vida nos tiene preparados. Es necesario que asumamos nuestro destino con responsabilidad.
Escrito Por: RICHARD AGUILAR