Las sospechosas investigaciones adelantadas en Guatemala por el ex magistrado y actual ministro de defensa de Colombia, Iván Velásquez Gómez, empezaron a cobrarle factura después de su regreso a Colombia, donde se colocó bajo el alero triunfalista del presidente Gustavo Petro Urrego, que lo vinculó a su gobierno para pagarle algunos favores derivados del odio visceral que ha profesado contra algunos miembros de la clase política en nuestro país.
El choque diplomático entre Colombia y Guatemala, que se ha presentado en los últimos días, por la apertura de una fuerte investigación que muestra a Velásquez Gómez como responsable de actuaciones ilegales cuando estuvo al frente de la ‘Comisión Guatemalteca contra la Impunidad’, una misión internacional donde se llevó de bruces al expresidente Otto Pérez y siete ex ministros que fueron encarcelados por presuntos actos de corrupción, es consecuencia de la encarnizada persecución que tuvo contra altos funcionarios de ese país centroamericano, donde fue declarado ‘Persona NO grata’ y expulsado por el gobierno de esa nación.
Se estima que el Ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez Gómez, ha destilado tanto odio y tanto daño contra importantes figuras de prestigio continental, que el propio presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, le recordó a su colega Gustavo Petro que Velásquez Gómez está llamado a juicio para que responda por inenarrables abusos de autoridad y prevaricato, que condujeron a las autoridades judiciales a proferir la apertura de investigaciones muy serias sobre la presunta complicidad de Velásquez Gómez en sospechosos acuerdos de cooperación judicial, que fueron negociados con dinero.
Pero cuando salta la liebre de la solidaridad, es el presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien rompe los canales diplomáticos, para llamar a consultas a la embajadora colombiana en Guatemala, Victoria González Ariza, amenazando con una posible ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales, para limpiarle los pecados al controvertido ministro de defensa de Colombia, que, en desarrollo de una misión internacional y prevalido de poderes que le otorgará la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos –OEA, le aplicara también la guillotina a cuarenta y dos (42) Mayores Generales, Brigadieres Generales y Almirantes de las fuerzas militares y de Policía, que recientemente y al comienzo del actual periodo constitucional del presidente Petro, fueron llamados a retiro, con la firma del ex magistrado Iván Velásquez Gómez, el extraño personaje colombiano que se solazaba hace varios años metiendo parlamentarios colombianos a las cárceles del país.
Está manchada la hoja de vida del ministro de defensa de Colombia, Iván Velásquez Gómez, aunque los lambones y alzafuelles de la primera línea en el denominado ‘Pacto Histórico’ del presidente Petro traten de limpiarle la mala imagen que el mundo tiene del oscuro personaje, a cuyo mando siguen todavía las fuerzas militares y de policía, humilladas y perseguidas por quien ha odiado tanto a la clase política colombiana.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, al conocer la nota de protesta de su colega colombiano, lo invitó a una reunión de cancilleres, para que el mundo conozca los antecedentes del ministro colombiano de defensa, que, como dicen las señoras santandereanas, “no ha sido esa pera en dulce que les recetó el antiguo guerrillero del Movimiento Diecinueve de Abril (M-19)”, actual mandatario de los colombianos.