Hoy los Colombianos sentimos que el dolor, la frustración, la rabia y el miedo colectivo, regresaron a nuestro Paìs
Un estruendo estremeció la Escuela de Policía General Santander, en el sur de Bogotá. El bombazo, que destruyó ventanales en el barrio Villa Mayor este jueves a las 9:45 de la mañana dejó —de acuerdo con las primeras versiones—, al menos ocho muertos y 10 heridos.
Aunque ese fue el primer reporte que se dio, la cifra de víctimas mortales subió a 11 y los heridos a más de 80 sobre la noche. Las autoridades temen lo peor. ¿La razón? el estallido se presentó en una zona y hora de frecuente tránsito para la centena de alumnos que pertenecen a la institución. A las cinco de la tarde, la cifra de heridos era de 65. Horas más tarde, la cifra aumentó a 87.
A través de redes sociales, una vez se sintió el estallido, los habitantes de los barrios aledaños y agentes de Policía, que presenciaron el ataque, empezaron a relatar lo que vivieron y difunden aterradoras imágenes del siniestro y las víctimas que dejó.
Aunque las autoridades se han cuidado de no hacer señalamientos sobre los autores del atentado, a la espera de mayor información fuentes de alto nivel confirman que la investigación parte con tres hipótesis.
La primera apunta a las milicias del Eln, que en Bogotá volaron un baño de mujeres del Centro Comercial Andino en junio del 2017 y también fueron responsables del ataque con bomba que mató a un policía del Esmad en febrero del mismo año.
La segunda, al ‘clan Úsuga’ y su jefe, ‘Otoniel’, que en varias oportunidades ha intentado utilizar el terrorismo para presionar una salida política a su situación; y, finalmente, a las disidencias de las Farc.
Sobre esta última hipótesis, las autoridades han estado alerta por eventuales retaliaciones tras la caída de alias ‘Guacho’, pero los expertos no ven en esos grupos la capacidad para llevar a cabo golpes en las grandes ciudades.
En cuanto a la banda de ‘Otoniel’, se han investigado informes según los cuales ha buscado contratar a explosivistas de las antiguas Farc, pero no hay indicios de que esos planes se hubieran concretado. Aún así, las autoridades dicen que su grupo criminal sigue teniendo los recursos necesarios para contratar los servicios de otras redes criminales.
La última explosión de este tipo contra la Policía sucedió hace un año, justo el 27 de enero cuando un artefacto explosivo fue detonado en una estación de la institución en Barranquilla. El ELN se atribuyó el atentado que dejó cinco muertos y por el que fue capturado Camilo Bellón como principal sospechoso de ejecutar el acto terrorista.
El presidente Iván Duque en alocución televisa a las 9.30 de la noche, expreso que el terrorismo no iba a gobernar el país, decreto 3 días de duelo a nivel nacional por tan doloroso evento, invito a todos los colombianos hacía la unión, a la defensa de nuestros derechos, fortalecimiento de las redes cívicas, y sistemas de recompensa, “Hoy nuestra nación siente dolor, pero no se doblega ante el terrorismo”. Los colombianos esperamos que este sentido discurso no quede solo en archivos de medios de comunicación, si no en realidades visibles y sentidas, ya estamos cansados de tanto dolor y tanta brutalidad.
Colombianos que el terrorismo no gobierne nuestras vidas