Imágenes divulgadas por el secretario de Seguridad, Daniel Mejía, evidencian cómo un individuo abre fuego contra uniformados del Esmad que custodiaban las manifestaciones en Bogotá. El de este domingo fue un día de manifestaciones en las principales ciudades del mundo con ocasión del Día Internacional del Trabajo, una jornada en la que los sindicatos ejercen presión sobre los gobiernos para pedir mejores garantías laborales. En Bogotá, las marchas tuvieron un desarrollo pacífico en sus recorridos desde diferentes puntos de la ciudad y centenares de trabajadores que formaban parte de las manifestaciones confluyeron en la Plaza de Bolívar. Pero allí un grupo de jóvenes encapuchados derribó las vallas de protección para atacar al Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía(Esmad), que inclusive fue defendido por algunos ciudadanos, que también fueron blanco de las agresiones. En el enfrentamiento, cinco personas –entre ellas un uniformado–resultaron heridas y otras siete fueron capturadas. El numeroso grupo, que no hacía parte de la manifestación y se habría infiltrado en la misma,arrancó parte del pedestal del monumento a Simón Bolívar y de las escaleras de la Catedral Primada, pintó grafitis en varios puntos de la emblemática plazoleta y en numerosas fachadas de los negocios aledaños a la zona, algunos de los cuales terminaron con ventanales rotos. El resultado de la jornada, en la que cerca de 15.000 personas participaron en Bogotá, dejó muy molesto al secretario de Seguridad de la ciudad, Daniel Mejía, quien señaló que este lunes anunciará unarecompensa para dar con el paradero de un encapuchado que al parecer les habría disparado a varios policías. “Esto no es protesta, es tentativa de homicidio. Mañana con la Policía ofreceremos recompensa por este individuo”, dijo el funcionario en su cuenta de Twitter, en la que publicó un video con la imagen del encapuchado, que en la mano derecha portaba un revólver con el que disparó hacia los uniformados acorralados contra el muro de la Catedral Primada. En las imágenes se observa que, tras abrir fuego, el sujeto corrió a esconderse entre la multitud. Posteriormente, se quitó las gafas y la capucha con la que ocultaba su rostro. No se sabe qué sigue, porque las grabaciones reveladas por Mejía no permiten establecerlo.
