La humanidad se encuentra en una escalada de violencia criminal, donde cada día los asesinatos, los asesinos, las muestras de violencia de la delincuencia organizada, se vuelven más impactantes donde nuestra bella Ciudad Blanca cada día aumenta más la forma de actuar de los maleantes a tal punto que ya los centros comerciales lo piensan más de uno antes de ir debido a no vivir una mala sorpresa encantándose en ellos.
Cuando comienzan las vacaciones de Semana Santa los reportes sobre crímenes atroces en el país son cada día más graves, más impactantes, tanto en las cifras oficiales, como en las noticias que se ven en los medios de comunicación.
La humanidad se encuentra en una escalada de violencia criminal, donde cada día los asesinatos, los asesinos, las muestras de violencia de la delincuencia organizada, se vuelven más impactantes.
En Popayán en los últimos días hemos sido testigos de crímenes horribles, con sicarios, bombas a la policía, en la calle artefactos y para rematar una bandera de las organizaciones delincuenciales en la panamericana
Ver la degradación que Popayán vive nos hace reflexionar sobre el futuro que espera a nuestros hijos y nos preguntamos si habrá esperanza de que esta descomposición pare en algún momento.
En medio de todo esto, llega la Semana Santa, la segunda conmemoración más importante para el mundo cristiano y evangélico, sólo detrás del nacimiento del único hombre que ha podido transformar en un antes y un después al mundo.
Otro asesinato ocurrido por un “pueblo sabio” y cuyas autoridades no pudieron evitar a pesar de que nunca hubo pruebas que, realmente, condenaran a Jesucristo, ni con las leyes judías, y mucho menos romanas.
Realmente el mundo hace 2025 años no era tan diferente al que se vive en estos momentos. Ha pasado ese tiempo y realmente el mundo parece no haber aprendido la lección de amor que Cristo Jesús vino a entregarle a la humanidad.
¿Cuál era esa misión? Salvar al mundo de la degradación y el pecado en el que se había sumido, sin que en apariencia, hubiera un camino para que se salvase y recobrara el rumbo.
Hoy, más de dos mil y veinticinco años después la respuesta a la barbarie y la ilógica manera en cómo los seres humanos se desarrollan y conviven en sociedad, parece no haber avanzado mucho.
Los pueblos siguen en guerra, los hermanos se atacan unos a otros, la sangre por nuevas conquistas sigue corriendo y el corazón de muchos hombres se ha convertido en piedra, una roca que golpea y mata a miles de millones, no sólo en el mundo, sino en este Popayán y porque no decirlo en cada rincón del Cauca estamos viviendo esto.
Sólo Dios puede detener el futuro aberrante que se empieza a fraguarse en un presente desolador, donde los hombres se reúnen para hacer la guerra, en lugar de atender a niños que mueren, a ancianos que están desprotegidos y a mujeres que son atacadas cada día sin que se puedan parar esos ataques.
En medio de la incertidumbre, del horror de las guerras, del crimen persiguiendo no sólo a sus iguales, sino a hombres, mujeres y niños, que nada tienen qué ver con ellos, se eleva la figura del Gran Hombre que vino a este mundo con un mensaje de Paz y Amor como nunca nadie lo ha logrado.
En Jesús hay esperanza para el mundo! En Jesucristo la guerra contra el mal está ganada! , En el Hijo del Hombre la esperanza renace y el poder de cambiar al mundo en su etapa final se vuelve cada día más fuerte.
En Jesús hay salvación, dicen las escrituras cristianas, no todo está perdido y desde el Cielo todavía el Cristo que murió en una cruz de madera pelea por las almas de la humanidad, incluyendo, por más increíble que parezca, las almas de cada asesino sobre la faz de la tierra.
Cristo Jesús no quiere que ninguna alma se pierda en el tramo final de la humanidad y con inefable amor se presenta ante cada uno de nosotros, pidiendo, rogando, suplicando, que seamos un fiel reflejo de ese amor, para ganar con amor la batalla que parece haberse perdido.
Para Dios no hay imposibles. El mundo parece haberlo olvidado, pero quienes conocen a Jesús, saben que Él tiene el poder para transformar el corazón de hombre más desalmado, del criminal más buscado y del asesino más buscado.
En pocos días recordaremos como un hombre, hijo de un carpintero de israelita, nació y creció, tomó el papel para el que había venido al mundo y decidió tomar todos los crímenes y pecados y equivocaciones de nosotros, para morir en una cruz, luego de ser juzgado por un tribunal civil y condenado a muerte sin prueba alguna que lo condenara.
Popayán y nuestro Cauca necesitan más amor. Cada uno de los 42 municipios de este departamento necesita más amor. Las autoridades que nos gobiernan necesitan más amor por sus gobernados. Los jueces que juzgan necesitan más amor. Los Congresistas necesitan más amor al diseñar nuevas leyes para el beneficio de sus representados donde se dejen de preocupar tanto del famoso CVY como hablan muchos.
Todos en este Popayán y nuestro departamento necesitamos más amor, un amor sincero, un amor desinteresado que nos lleve a cambiar nuestras vidas y así poder impactar en las vidas de los demás, hasta alcanzar que cada una de las personas a las que afectamos se pregunte si están haciendo, si estamos haciendo lo necesario para salvar a nuestro país.
Popayán la capital del Cauca, necesita más amor en una época que prepara el final de un mundo en conflicto, donde la batalla entre el bien y el mal se libra en el campo de la mente de las personas.
Más amor es la clave, para que este Cauca comience un proceso de reconstrucción, de pacificación, de unidad, y como dijo otro cordero político, que fue al matadero un 18 de agosto de 1989 , hace 36 años, este país, que tiene hambre y sed de justicia, pueda perdonarse y encaminarse a ser la potencia que siempre ha soñado ser, pero lo que sí es claro que Popayán y el departamento debe florecer ese amor para que la paz perdure eternamente en cada rincón del Cauca.
Nota : Es el momento de preocuparse menos por la politiquería en estos días y muchos venir a mostrarse como figurines de revista porque quieren estar en una lista al senado donde se acuerdan de esta tierras cuando se quedan sin contratos donde ganaron mucha platica o aquellos que vienen a desempolvar, la anda para decir que son síndicos , es el momento de entregar el amor a la gente no solo estos días sino renacer el amor al prójimos siempre para que hagamos el verdadero anuncio a Colombia que en Popayán y el Cauca empezó a vivir el Amor que tanto necesita