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La agremiación » Andi» hace un llamado genuino a cuidar el bienestar y a mantener un ecosistema propicio para generar oportunidades y confianza.

Mientras se debate la reforma tributaria en el Congreso de la República, diferentes empresarios del país manifestaron su preocupación por los efectos negativos que pueda tener el proyecto de ley en el crecimiento, inversión y empleo.
La incertidumbre fue expresada por los empresarios miembros de la Junta de Dirección General de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), quienes representan a más de 1.500 afiliados de diferentes sectores económicos y productivos en todo el país, incluyendo emprendedores y empresas medianas y grandes.
“Nos preocupa el efecto de esta reforma sobre los hogares, sus ingresos y las familias y sobre la ya altísima inflación; el marchitamiento del sector minero energético, el incremento en precios sobre productos que son parte de la canasta familiar; y la estabilidad jurídica de sectores que le han apostado al país; la credibilidad de Colombia frente al mundo en términos de inversión y mercados; y el debilitamiento de la capacidad del país para enfrentar la crisis que se augura para el próximo año”, manifestó la Junta.
Sobre esta incertidumbre, la ANDI hace un llamado genuino a cuidar el bienestar y a mantener un ecosistema propicio para generar oportunidades y confianza que permitan tanto a emprendedores y empresas, como a sus colaboradores, familias y ciudadanos en general.
“El proyecto de ley actual genera un gran impacto negativo a la competitividad de las empresas e inversiones en Colombia. Tenemos la oportunidad de que el mismo sea corregido en la próxima ponencia y los debates de plenarias”, indican.
La agremiación invitó al Gobierno y al Congreso a mantener el trabajo conjunto con el sector empresarial agremiado en la ANDI para lograr una mejor reforma.
La Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI recalcó que el proyecto aprobado en primer debate incluye una lista considerable de alimentos y bebidas azucaradas que serán objeto del impuesto saludable, lo que afecta profundamente al consumidor, dado que este tendrá que pagar por sus alimentos un valor más alto con afectación directa sobre su economía.
También afecta a los tenderos, cuya mayor parte de los ingresos viene de la venta de productos gravados con este impuesto; y también perjudica a los productores agrícolas, especialmente campesinos que producen las materias primas.
“Para todos ellos, los impuestos saludables suponen un impacto económico monumental”, sostuvo Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI.
Agregó que si bien su implementación pretende desincentivar su adquisición, “en ningún país donde se han implementado este tipo de impuestos se han logrado disminuir los indicadores en obesidad o enfermedades no transmisibles”.