El día de la madre se celebra este domingo, y es una de esas fiestas que están sólidamente instauradas en nuestro calendario y marca nuestros hábitos de consumo. Desde niños nos enseñaron a comprar algo que entregar a nuestras madres.
Lo cierto es que el Día de la Madre es, como tantas cosas, algo inventado y además recientemente.
Fue una mujer estadounidense, Anna Jarvis quien decidió crear una fiesta para homenajear a todas las madres. Jarvis hizo una seria campaña para convertir el día en una fecha oficial, trabajando tras la muerte de su madre en 1907, y finalmente logrando su cometido en 1914 cuando el presidente Woodrow Wilson lo hizo oficial, de ahí saltó al mundo.
Pero, aunque la celebración nacía con la idea de ser un día para celebrar a las madres, pronto se convirtió en lo que hoy es: una fiesta de consumo. Pronto los comerciantes vieron la oportunidad de hacer negocio.
Cuando el día era un recién nacido ya había un gran volumen de contenido a la venta como tarjetas de felicitación y flores.
Anna Jarvis escribía, 6 años después del nombramiento oficial del día que tanto floristas como fabricantes de tarjetas eran: “charlatanes, bandidos, piratas, chantajistas, termitas que minarán con su codicia uno de los más nobles, finos y verdaderos momentos de celebración.
Sin embargo pese a empezar una campaña en contra de los comerciantes que aprovechaban este día, Jarvis no consiguió su cometido.
El Día de las Madre se ha asentado ya en el calendario global y se ha convertido en uno de los días en los que las marcas y las tiendas venden y venden mucho. El día de la madre es una fiesta absolutamente comercial, como el día del amor y la amistad o las rebajas.
Solamente en Colombia se espera que cada colombiano gaste 30 mil pesos para su madre, y un 20% las comprará en internet.