Desde finales del año pasado el país está metido en un crítico debate sobre las nuevas tablas de avalúo vehicular. Las emitió el Mintransporte y con ellas, nada más ni nada menos, se determina el pago del impuesto que los colombianos están obligados a hacer por ese bien. Levantó ampolla. Y con toda la razón. El argumento de fondo era: ¿cómo me van a subir el precio del carro en el avalúo si es de segunda, contrario a lo que pasa en el resto del mundo?
Los gremios del sector brincaron, no sólo los autopartistas, los industriales, los que conocen el mercado del usado, todos salieron a sentar posición. Expresaron sus reparos. Los dueños de carros gritaron el que consideraban un abuso. Incluso, se dijo que la empresa contratada por el Gobierno para hacer el estudio que soportaba el alza que levantó la polvareda, Datasoft, no era competente y estaba desfasada en sus cálculos. Se armó la de Troya.
Entonces, sólo ayer, después de un encuentro bajo presión que se dio el martes entre los representantes de la industria, como la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos), la Asociación del Sector Automotriz y sus partes (Asopartes), la Andi, la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda) y Asousados, entre otros, con la ministra de Transporte, Natalia Abello, se calmaron las aguas y le soltaron el acelerador a las críticas.
Abello resume la situación así: “El Mintransporte en el 2015 se propuso dentro de su gran objetivo estratégico una nueva meta, la metodología para la actualización de la base gravable del impuesto vehicular. Abrimos nuestro proceso de concurso de méritos y adjudicamos la contratación. El producto se entregó a finales del año pasado. La resolución que expedimos y que está vigente a partir del 1º de enero sirve como insumo para la tasación final del impuesto. La ley determina que la base gravable del impuesto es el valor comercial y anualmente el Mintransporte tiene la obligación de expedir dicha resolución”.
Luego, detalló que antes, el año pasado por ejemplo, todos los vehículos que hay en el país estaban distribuidos en 3.000 líneas o referencias dentro de las cuentas del Gobierno. Esa clasificación, en el nuevo escenario, se expandió a 10.000, pues ahora sí se cuentan muchas versiones de carros automáticos que no estaban, triptónicos, ediciones de lujo, clases importadas, 4×2, 4×4, etc. De ahí la razón por la cual muchos automotores, de segunda, que el año pasado estaban valorados en un precio general, y que no era el real, dijo Abello, ahora sí aparecen en las tablas específicas y ahora sí con el avalúo real, porque “esas son las características del mercado hoy en Colombia”.
Hasta ahí, ya todo estaba claro. “En el país hay 12’500.000 vehículos activos, de esos más o menos 6’500.000 no pagan impuestos porque están exentos: buses de pasajeros (1’200.000), camiones (300.000) y las motos menores de 125 c.c., que son más de cinco millones. Entonces hablamos de 5’700.000 vehículos que son los que sí pagan ese impuesto. Pero, entre ellos se detectó que el 62 %, según las tablas objeto de discusión, no presentan ningún aumento. Entonces queda el 38 %, que son 2’166.000, a los que sí se les aumentó”, cuenta María Juliana Rico, directora de la Cámara Automotriz de la Andi.
Y aunque la resolución del Mintransporte indicaba aumentos del 20, 30 y 40 %, precisamente lo que tanto criticaron gremios y dueños de carros, lo que se logró acordar en aquella reunión a puerta cerrada fue que ese aumento no iría más allá del 6,77 % (lo mismo que la inflación del 2015). Al final, el Gobierno, que no quería (hablaba mínimo del 10 %), terminó cediendo y los gremios ganaron el pulso. “A partir de hoy empezamos a hacer el ajuste de todo nuestro sistema, base de datos, con el fin de que las secretarías de Hacienda departamentales y del Distrito Capital puedan tomar la información y hacer sus ajustes para las liquidaciones”, dijo la ministra ayer en rueda de prensa.
Pero el presidente de Andemos, Oliverio García, cree que “esto es una salida temporal. No es de las soluciones donde todos quedamos contentos, pero sirve para salir de la encrucijada”. Y agregó: “tenemos una tabla donde hay inconsistencias, pero eso se corrige, pasa todos los años. Y todos tenemos que aportar para hacer las correcciones”. Rico, de la Andi, asegura que “los gremios estamos reuniéndonos con el Ministerio de Transporte para mirar la tabla y decirles las líneas que no encontramos y los valores que no están acordes con Fasecolda”. Se refiere a que si su carro no aparece o el avalúo está desbordado, por encima del 6,77 %, tiene derecho a reclamar para que el Gobierno ajuste toda la línea. Y cuando no se encuentra el vehículo en ninguna de las líneas, el Gobierno creó una estándar para poder recibir el pago.
Así las cosas, después del toma y dame, quedaron definidos tres rangos para pagar: Si el carro vale hasta $42’673.000 millones, el impuesto es del 1,5 %; si está entre $42’673.000 millones y $96’013.000, es del 2,5 %, y más de $96’013.000, será del 3,5 %. Si los vehículos usados por efecto de su base gravable pasan en el 2016 a otro rango (por ejemplo, del primero al segundo o del segundo al tercero), y en consecuencia se incrementa el porcentaje para aplicar, se cancelará sin embargo el impuesto con el porcentaje usado en el año fiscal 2015. Los gremios le ganaron la batalla al Gobierno. Aunque subir el avalúo de los carros de segunda un 6,77 % en Colombia sea para los dueños de ellos perder la guerra.