Delio Ocampo es un anciano de 85 años, habitante de la localidad de Bosa. Él y su esposa tuvieron seis hijos. Ellos crecieron, hicieron su vida y dejaron a sus padres en el abandono. Vitelbina, su mujer, quien era su única compañía falleció hace dos años, desde entonces Delio solo quiere “que ojalá Dios se acuerde de mi”.
La familia Ocampo, de origen campesino, llegó a la ciudad de Bogotá hace 50 años. La situación siempre fue difícil, Delio trabajaba en la construcción y le pagaban por días, mientras que Vitelbina siempre se ocupó de las labores del hogar y de sus seis hijos. Los muchachos, cuatro hombres y dos mujeres, crecieron con las dificultades de un hogar humilde, tan pronto cumplieron la mayoría de edad se fueron esparciendo por distintas ciudades de Colombia olvidando a los viejos que algunas vez ‘soltaron el pan de la boca’ para entregárselo a ellos.
Tras quedarse solos, no fue sencillo conseguir empleo pues la edad de ambos ya era avanzada. Vitelbina trabajó por días durante algunos años en casas de familia donde la maltrataban por no tener mucha agilidad, así que con el paso del tiempo tuvo que desistir de esta labor. Delio desafortunadamente desarrolló una enfermedad en los huesos por lo que le fue imposible volver a salir a buscar el sustento. Nunca lograron conseguir una casa propia y el pago de arriendo terminó comiéndoselos. La caridad de los vecinos los sostuvo por algún tiempo.
Delio y Vitelbina nunca fueron a una piscina, ni visitaron otras ciudades aparte de Tarqui, Huila, su municipio de origen, mucho menos viajaron en avión o conocieron el mar. Pero eso para ellos no era importante, lo único que querían era volver a tener noticias de sus hijos, pues hacía ya 10 años que supieron de Manuel el del medio, por Martha, la hija menor que llamó a contarles que había caído preso en la Cárcel de Berlín en el Socorro, Santander, por algunos delitos menores. “Desde allí, fue como si se los hubiera tragado la tierra”, recordó con gran tristeza Delio y con la voz entre cortada no solo por el mal recuerdo sino por su avanzada edad y los males que lo aquejan.
Esta parece ser una historia de ficción, pero desafortunadamente no lo es, es solo una más de las aterradoras situaciones de vida que atiende a diario la Secretaría de Integración Social solamente en la ciudad de Bogotá.
El proyecto
Tras la exposición de argumentos por parte de la senadora ponente, Doris Vega, en la Comisión Primera de Senado, el proyecto de ley 126 de Senado “por el cual se establecen medidas de protección al adulto mayor en Colombia, se penaliza el maltrato intrafamiliar por abandono y se dictan otras disposiciones” fue aprobado con 10 votos para pasar a cuarto debate.
El mismo pretende reforzar la responsabilidad de las instituciones encargadas de proteger y cuidar a nivel nacional a los sexagenarios y en adelante, frente a la violencia que se ejerce en contra de ellos, a través de unas medidas de carácter penal y de programas sociales que propendan por la disminución de las diferentes maneras de violencia y maltrato.
En uno de sus artículos el proyecto propone que “el que someta a condición de abandono y descuido a persona mayor, con 60 años de edad o más, genere afectación en sus necesidades de higiene, vestuario, alimentación y salud, incurrirá en prisión de cuatro (4) a ocho (8) años y en multa de 1 a 5 salarios mínimos legales mensuales vigentes”.