El cadáver de Luis Felipe Díaz estaba en la entrada de su finca, en la vereda La Amarilla de Santiago.
La mañana del sábado, como lo hacía cada 15 días, Luis Felipe Díaz Medina se levantó muy temprano y viajó junto con su esposa a Cúcuta, donde cobró las ganancias que le dejaba el negocio de la venta de madera.
Luego, los dos regresaron a su casa, la finca La Delicias, ubicada en zona rural de Santiago, exactamente en la vereda La Amarilla. Barranca.Hasta ahí todo parecía un día normal.
Sin embargo, cuando promediaban las 5 de la tarde, él salió de la vivienda mientras su esposa estaba en uno de los cuartos. Minutos después, ella lo encontró muerto en la entrada de la finca, que está a más de 100 metros de la casa.
A Díaz, que también era maestro de construcción y agricultor, un disparo en la cabeza le había quitado la vida, sin que la familia tenga idea de lo que pudo suceder.
Y es que las razones de este asesinato no son claras. Los familiares indicaron que no tenía amenazas ni era una persona conflictiva.
Extraoficialmente se pudo conocer que en el momento del crimen, Díaz tenía parte del dinero cobrado ese día y que este habría desaparecido.
El cuerpo de la víctima de 51 años, natural de El Zulia, fue recogido por las autoridades a las 11 y 30 de la noche, contaron algunos familiares.
Después fue trasladado a Cúcuta y ayer, en horas de la mañana, su esposa y la mayor de sus cuatro hijas, esperaban en Medicina Legal que les entregaran el cuerpo para regresarlo a Santiago, donde será enterrado.