Este fin de semana, la figura de Manuel Agudelo, exconcejal y reconocido líder político en la región de El Bordo-Patía, volvió a resonar con fuerza en Popayán. A pesar de no contar con una credencial en la Duma, su presencia, junto a la de otros líderes de la derecha, evidenció una reafirmación de este sector político en el Cauca, un departamento donde, según la columna, han sido marginados tras el estallido social que llevó al “Petrismo” al poder.
Para muchos, este cambio político ha significado el “acabose del país” que, en su percepción, experimentó un periodo de crecimiento económico, social, cultural, turístico y político en América Latina. La convicción de Agudelo y sus seguidores quedó plasmada en los pasacalles con la leyenda “Uribe Inocente” que se vieron en los semáforos de Popayán. Este mensaje no solo es un respaldo al expresidente, sino también una expresión de dolor y frustración ante lo que consideran un “fallo absurdo” y una “retaliación” contra quien, a su juicio, luchó incansablemente contra la violencia.
La columna de opinión critica duramente el incremento de la violencia por parte de los grupos armados, y la percepción de que sus cabecillas fueron “premiados” con curules en el Congreso de la República, como resultado de un proceso de paz que, según el autor, solo sirvió para “pensionarlos de las armas”, sin desmovilizar a sus bases, a quienes aún se les denomina “disidencias”. Se califica esta situación como una “burla más al pueblo colombiano” y a la promesa de una “Paz Total” que, para ellos, “jamás ha existido”.
Se añora la época en que Uribe “arrinconó” a estos grupos, permitiendo que las regiones estuvieran “tranquilas y seguras”, una realidad que, según laudos, “ya no se ve, ni en las calles de Popayán”. El respaldo al expresidente fue palpable este fin de semana, no solo en las calles de Popayán, sino también en las redes sociales, donde su legado y su visión siguen siendo un punto de referencia para un sector importante de la población.
Manuel Agudelo, al igual que muchos otros, sueña con una Colombia en paz, cree firmemente en la labor que Uribe logró y en la posibilidad de alcanzar una paz duradera si se permite que el Ejército y la Policía cumplan su misión de salvaguardar la honra y los bienes de los colombianos. La columna de opinión refleja un sentimiento de desencanto con la actual situación y un anhelo por el retorno a un modelo de seguridad y gobernabilidad que, en su visión, garantice la tranquilidad de la ciudadanía.


































































