La decisión de Estados Unidos de descertificar a Colombia no es una sorpresa para quienes, como el representante por el Cauca Óscar Campo, han advertido sobre el *fracaso del programa de sustitución de cultivos ilícitos*. Sus críticas y denuncias en redes sociales, respaldadas por cifras contundentes, evidencian que la situación del país y, en particular del Cauca, es el resultado de un gobierno que se muestra incapaz de frenar un desastre que se alimenta del narcotráfico.
*La cruda realidad del Cauca*
El Cauca es el epicentro de esta tragedia. El aumento de los cultivos de coca se traduce directamente en un incremento de la violencia, el miedo y las familias enlutadas. La frase del congresista, *“cada hectárea de coca que crece en Colombia es más sangre derramada,”* resuena con una verdad escalofriante para un departamento que vive día a día la violencia de grupos armados que se financian con este negocio ilícito.
Las cifras del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos (PNIS) son alarmantes. Con apenas el *0,7% de las familias* que han recibido la totalidad de los pagos y solo un *4%* de los hogares que han cumplido su plan de inversión, el programa no solo está estancado, sino que ha traicionado la confianza de miles de campesinos. Las promesas incumplidas a estas familias que arriesgaron todo por dejar la ilegalidad, las ha dejado en una situación de mayor vulnerabilidad, obligándolas en muchos casos a volver a los cultivos ilícitos para subsistir.
*Un gobierno sin rumbo*
La falta de compromiso del gobierno es evidente en la baja ejecución presupuestal del PNIS, con apenas un *41% en 2024* y un *14% en lo que va de 2025*. Esta ineficiencia no es un simple error administrativo; es una señal de que el problema no se está abordando con la seriedad que requiere. La descertificación de Estados Unidos no es una medida política aislada, sino una respuesta a la *inacción y la falta de resultados tangibles* en la lucha contra el narcotráfico.
En lugar de construir una paz integral, el gobierno ha permitido que el narcotráfico y la violencia se fortalezcan, debilitando a las comunidades y a la institucionalidad. *El llamado del representante Campo es un grito de auxilio desde una región que sufre en carne propia el desastre*. Es hora de que el gobierno reaccione y demuestre que tiene la capacidad y el compromiso para enfrentar esta crisis, antes de que el desastre se convierta en una catástrofe irreversible
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