El Día Internacional del Café no es solo una efeméride para celebrar una de las bebidas más apreciadas del mundo; en el Cauca, es un vibrante recordatorio del poder transformador de la educación. La reciente noticia sobre los 280 kilos de café especial, cultivado y procesado por los jóvenes de la Institución Educativa Buenavista en Totoró, que han cruzado fronteras hasta la prestigiosa tostadora Mighty Oak Roasters en Nueva York, es mucho más que un éxito comercial: es una prueba fehaciente de que la Escuela y Café es una fórmula ganadora para el futuro de nuestra juventud.
El proyecto, respaldado por la Secretaría de Educación y Cultura del Cauca y la Gobernación del Cauca, no es una simple actividad extracurricular. Es una estrategia audaz y brillante que ataca problemas de raíz, principalmente fortaleciendo la permanencia escolar y ofreciendo a los estudiantes una ruta de vida productiva anclada en su territorio. Al convertir la caficultura, el motor histórico de nuestra región, en un aula de clases práctica, se siembra un conocimiento que trasciende los libros de texto. Los jóvenes no solo aprenden sobre agronomía, sino también sobre ciencia, innovación, economía, calidad y gestión empresarial.
El reconocimiento en eventos como “Cauca Sabe a Café” y el posterior viaje a Nueva York son el espaldarazo internacional que merecen. Este logro demuestra que el conocimiento, la ciencia y la innovación no son conceptos ajenos a nuestros campos, sino que viajan encapsulados en cada grano cuidadosamente cultivado y procesado por manos caucana. Es un testimonio de que la excelencia educativa y la calidad productiva van de la mano.
Al beneficiar ya a más de 70 instituciones educativas del Cauca, “Escuela y Café” está construyendo una nueva generación de líderes agrarios, emprendedores con visión global, y técnicos cualificados que verán en el campo no un destino de resignación, sino un laboratorio de oportunidades. Este modelo debería ser replicado no solo en otras zonas cafeteras, sino en todo el país, adaptando la formación a los activos productivos de cada región.
El café del Cauca siempre ha sido de alta calidad. Lo que ha cambiado ahora es el narrativo: ya no solo exportamos un producto, exportamos talento, potencial y un modelo de desarrollo social y educativo exitoso. Cuando saboreen ese café especial en el corazón de Nueva York, estarán probando no solo las notas de nuestro terruño, sino el dulce sabor de una educación que está floreciendo.
¡Celebremos en este Día Internacional del Café a los verdaderos protagonistas: los niños, niñas y jóvenes del Cauca que están demostrando que, desde nuestras raíces, podemos sembrar la grandeza De nuestro Cauca para el mundo!


































































