La conmemoración del Día Cívico del Veterano de la Fuerza Pública en el Cauca es más que un simple acto protocolario; es un reconocimiento fundamental a la lealtad, el sacrificio, y el inquebrantable compromiso de hombres y mujeres que han dedicado su vida al servicio del país. La reciente ceremonia, enmarcada en la Ley 1979 de 2019, subraya una deuda moral y legal que la sociedad colombiana tiene con sus veteranos.
Símbolos de Esperanza y Resiliencia
El acto de otorgar el Escudo del Departamento del Cauca a veteranos como Mario Rey Villamizar, Víctor Reinel Villegas, y Segundo Silvio Noguera, no solo exalta trayectorias individuales, sino que simboliza la gratitud de toda una región. Como bien destacó el Gobernador (E) Franky Darío Almario Bravo, estos hombres y mujeres son símbolos de la esperanza y la resiliencia. Su labor, a menudo desempeñada en condiciones de alto riesgo y con grandes sacrificios personales y familiares, ha sido la columna vertebral que ha sostenido la seguridad y la estabilidad en los territorios.
La Fuerza Pública es, en esencia, el pilar que garantiza el bienestar y la protección de los derechos de las comunidades. Su presencia y accionar constante han permitido que la ciudadanía pueda ejercer sus libertades y construir un futuro más pacífico, incluso en regiones con complejidades históricas como el Cauca. Este reconocimiento, por lo tanto, es una reafirmación de que su esfuerzo no ha sido en vano.
Más Allá de la Condecoración: Un Compromiso Social
Sin embargo, el homenaje debe ir más allá de una condecoración. La Ley 1979 y su decreto reglamentario buscan no solo honrar, sino también otorgar beneficios y garantías. La vinculación activa del Gobierno Departamental a esta fecha debe traducirse en acciones concretas que mejoren la calidad de vida de los veteranos y sus familias.
Honrar la invaluable responsabilidad de la Fuerza Pública implica asegurar que, una vez finalizado su servicio activo, el país les retribuya con la dignidad y el apoyo que merecen. Esto significa facilitar su reincorporación a la vida civil, asegurar acceso a salud y educación de calidad, y fomentar oportunidades laborales que aprovechen su disciplina y experiencia.
El Cauca, al rendir este homenaje, sienta un precedente importante: el de recordar y valorar permanentemente a quienes se jugaron la vida por la Patria. Es una invitación a que todos los ciudadanos reconozcamos en nuestros veteranos no solo a servidores públicos, sino a ciudadanos ejemplares cuya dedicación marcó la historia. Es un compromiso con el pasado que asegura la esperanza en el futuro.


































































