La noticia del vil asesinato del Teniente Coronel Rafael Granados Rueda en un acto sicarial en Popayán nos sacude profundamente y nos obliga a una pausa dolorosa. Desde la Gobernación del Cauca y en nombre de nuestro gobernador, Octavio Guzmán, extendemos nuestras más sentidas condolencias al @COL_EJERCITO y a la familia del oficial. Este luto es también el nuestro.
Sin embargo, más allá del acompañamiento institucional necesario en este momento de dolor, debemos ser claros y contundentes: lo ocurrido no puede ser asumido como un hecho menor o aislado. Hoy fue un oficial de alto rango en la capital, pero la cruda realidad es que situaciones similares se repiten a diario en contra de policías, soldados y, por ende, de la institucionalidad que representan.
Este trágico evento es la campana de alarma que no podemos seguir ignorando. Cuando un oficial de la envergadura del Teniente Coronel Granados es blanco de un ataque de esta naturaleza en una capital departamental, se evidencia que algo en la estrategia de prevención no se está haciendo bien.
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¿Falta de Prioridad? Es urgente que el tema de la seguridad, especialmente la protección de quienes nos protegen, sea asumido con la absoluta seriedad que la crisis amerita.
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¿Estrategia Desgastada? Es momento de revisar y reestructurar las tácticas de inteligencia, protección y patrullaje. La violencia no respeta rangos ni zonas y requiere una respuesta que esté a la altura de la amenaza constante que enfrentan nuestras Fuerzas Militares y de Policía.
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Disposición Institucional: Reiteramos a las autoridades municipales nuestra total disposición para brindar el apoyo institucional que se requiera. La coordinación entre lo civil y lo militar debe ser impecable y sin fisuras.
Un Llamado a la Auto-Protección de la Fuerza Pública
Finalmente, hacemos un llamado firme y respetuoso a la Fuerza Pública para que apliquen rigurosamente sus propios protocolos de seguridad. Es inadmisible que quienes están entrenados para protegernos a todos, sean vulnerables por fallos en su propia seguridad personal y operacional.
Proteger la vida de quienes nos protegen debe ser prioridad absoluta. No podemos darnos el lujo de perder más hombres y mujeres valientes a causa de la falta de protocolos estrictos o de la subestimación del riesgo.
La sangre derramada en Popayán nos duele, pero también debe impulsarnos a la acción. El Cauca necesita paz, y esa paz se construye garantizando, primero, la seguridad de sus defensores.
#Cauca #Seguridad #Paz



































































