La vibrante atmósfera que envuelve a Popayán con la llegada de la fase final departamental de los Juegos Agropecuarios, Sembremos Paz, Cosechemos Unidad, es mucho más que un evento deportivo; es una poderosa declaración de propósito y un espejo del alma de nuestra región. Con 37 delegaciones agrícolas listas para competir, estos juegos trascienden la mera rivalidad atlética para convertirse en un verdadero #EscenarioDePaz.
Más que Competencia, una Causa
El deporte siempre ha sido un lenguaje universal, capaz de tender puentes donde la política y la economía a menudo fallan. En un departamento con historia en el sector agrícola, ver a campesinos y trabajadores del campo dejar por un momento sus labores para enfundarse la camiseta de su municipio es un acto de profunda significación. Indeportes no solo garantiza “competencias de calidad y una experiencia a la altura del alto rendimiento”, sino que cataliza la interacción, el respeto y el reconocimiento mutuo entre comunidades.
La elección del nombre no es casual: “Sembremos Paz, Cosechemos Unidad”. En cada carrera, en cada gol, en cada jugada, se siembran valores fundamentales: la disciplina, el trabajo en equipo, la resiliencia y el juego limpio. Estos son precisamente los pilares necesarios para construir una paz duradera y una sociedad más cohesionada. Los deportistas, al decir “sí al deporte”, están diciendo sí a un modelo de convivencia basado en reglas claras, esfuerzo compartido y la celebración de la diversidad.
El Talento del Campo en la Gran Ciudad
La llegada de estas delegaciones a Popayán es también un reconocimiento al talento que florece en las zonas rurales, ese motor incansable que alimenta nuestra nación. Es una oportunidad para visibilizar a atletas que, en su día a día, demuestran la misma perseverancia y fortaleza para cultivar la tierra que ahora exhiben en la cancha.
Estos juegos son un recordatorio de que la paz se construye desde las bases, desde los territorios, y que el deporte es una herramienta invaluable para lograrlo.
¡Que inicien los juegos! Y que el espíritu de unidad y paz que hoy se respira en Popayán sea la mayor de las cosechas que recojamos todos.


































































