La Navidad es, por definición, la época del regocijo, de la unidad familiar y, sobre todo, de la inocencia y la sonrisa de nuestros niños. Sin embargo, año tras año, esta celebración se ve empañada por un doloroso ritual: el uso de la pólvora. El mensaje es claro y contundente: la magia de la Navidad reside en la paz, no en el ruido ni en el peligro.
La Responsabilidad Ineludible
Como adultos, tenemos una responsabilidad sagrada de ser guardianes de la seguridad y el bienestar de los más vulnerables. La pólvora, con su estruendo y su pirotecnia fugaz, es una fuente constante de peligro que amenaza directamente la integridad física de nuestros hijos. Cada luz artificial que se eleva en el cielo trae consigo el riesgo de quemaduras graves, lesiones oculares e incluso amputaciones, marcando para siempre la vida de una familia.
El argumento de la tradición o la diversión no puede, bajo ninguna circunstancia, justificar el riesgo. ¿Qué valor tiene un momento de espectáculo efímero frente a la posibilidad de un trauma de por vida?
El Verdadero Significado de Dar
La campaña impulsada por entidades como la Gobernación del Cauca y Colombia Extremo Televisión nos recuerda una verdad fundamental: nuestras manos son herramientas de amor y seguridad. No están hechas para encender un artefacto explosivo, sino para sostener, abrazar y proteger.
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Manos para Abrazar: Para dar consuelo y cariño.
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Manos para Crear: Para construir recuerdos seguros y alegres.
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Manos para Proteger: Para mantener a nuestros seres queridos lejos del peligro.
“Sé responsable, sé consciente. Manos para proteger, no para prender pólvora.”
Este lema debe resonar en cada hogar. La conciencia es el primer paso para la prevención.
El Compromiso Comunitario
La seguridad de la infancia no es solo una tarea individual; es un compromiso social. La comunidad debe unirse para erradicar la pólvora de nuestras festividades. Al decir No a la Pólvora, no estamos eliminando la alegría, sino blindándola contra la tragedia. Estamos eligiendo la serenidad sobre el estruendo, la salud sobre la lesión.
Que esta Navidad en Familia y el espíritu de #ElCaucaNosUne se manifiesten en la decisión consciente de regalar seguridad. El mejor espectáculo de fin de año es ver a nuestros niños sanos y felices, libres de cicatrices que pudieron haberse evitado.
Hagamos de estas fiestas el ejemplo de que el verdadero lujo de la Navidad es la paz y la protección infantil. Reemplacemos el ruido de la pólvora con el sonido más dulce: la risa ininterrumpida de nuestros hijos.


































































