La reciente culminación de la “Copa Honor UNIMAYOR 2025: Camino a la Acreditación Institucional en Alta Calidad” no debe verse simplemente como una entrega de medallas o un registro de tiempos récords. Es, en esencia, el reflejo de una institución que entiende que la formación de un profesional no se agota entre tableros y libros, sino que se nutre del bienestar físico y la disciplina deportiva.
Más que una Competencia, una Identidad
El éxito de deportistas como Santiago Felipe Arango, quien se alzó con la victoria en las pruebas de natación (50 metros libre y pecho), es el testimonio de la tenacidad que UNIMAYOR busca imprimir en sus estudiantes. Que un futuro Tecnólogo en Gestión Empresarial domine la piscina con velocidad y técnica nos habla de la capacidad de equilibrio: saber gestionar el tiempo, el esfuerzo y la presión.
El Camino a la Alta Calidad
¿Por qué vincular un torneo deportivo con la Acreditación Institucional? La respuesta es clara: la calidad educativa se mide por la integralidad. Una universidad que acredita su excelencia es aquella que:
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Fomenta el relacionamiento: Crea lazos entre facultades que de otro modo serían islas.
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Prioriza la salud mental: El deporte es la herramienta más eficaz contra el estrés académico.
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Construye pertenencia: Ver los colores de la institución en una competencia genera un orgullo que trasciende las aulas.
Un Triunfo Colectivo
La natación, con su exigencia de precisión y resistencia, fue el escenario perfecto para demostrar que en UNIMAYOR se están formando líderes resilientes. La “Copa Honor” deja una huella importante: el mensaje de que el bienestar es el combustible necesario para alcanzar las metas académicas más ambiciosas.
Felicitar a los ganadores es imperativo, pero reconocer a la Institución por abrir estos espacios es necesario. Si este es el camino hacia la Acreditación de Alta Calidad, UNIMAYOR está nadando en la dirección correcta, con brazadas firmes y un horizonte claro.


































































