La reciente revelación de Cambio sobre el presunto *maquillaje de cifras de vuelos* en la precampaña del hoy presidente Gustavo Petro, sumado a la omisión de reportar *facturas por $1.215 millones ante el Consejo Nacional Electoral (CNE)*, no es solo un tropiezo administrativo; es una profunda grieta en el discurso de la “campaña del cambio” y un nuevo motivo de desazón para la ciudadanía.
El lema de la *transparencia y la ruptura con las viejas prácticas políticas* fue el motor *que impulsó al petrismo a la cima*. Sin embargo, hechos como este, la supuesta inclusión de gastos personales de un precandidato presidencial bajo la sombrilla de aspirantes *al Senado y el silencio contable ante la autoridad electoral dibujan un panorama que se parece peligrosamente a lo que se prometió dejar atrás.*
*El Contrasentido del Cambio*
El principal valor que se le exigía a esta administración era la *coherencia*. Si la bandera era la honestidad radical, la luz sobre los dineros de la política, y el rechazo a la “politiquería tradicional,” cualquier indicio de contabilidad creativa o subregistro de gastos resulta doblemente lesivo. No es solo la falta administrativa, sino la *traición a la expectativa ética* generada.
Los *$1.215 millones* en facturas no reportadas por servicios aéreos son una cifra significativa que, de confirmarse el dolo, señala dos problemas graves:
- *Vulneración de la Trazabilidad Electoral:* El CNE existe, entre otras cosas, para garantizar que los recursos que financian la democracia sean lícitos y públicos. Ocultar gastos impide rastrear su origen real y abre la puerta a la sospecha de financiación irregular o violación de topes de campaña.
- *Uso de ‘Cortinas de Humo’ Contables*: La supuesta maniobra de endosar gastos presidenciales a campañas senatoriales no es solo un error de formato; implica una intención de diluir, esconder o justificar desembolsos cuantiosos. En esencia, es un intento de hacer que “lo mucho se vea poco.”
*El Precio de la Desconfianza*
Cada revelación de esta naturaleza erosiona la *confianza ciudadana*, el activo más valioso de cualquier gobierno. El votante que creyó en el “cambio” se enfrenta ahora a la incómoda verdad de que la política, sin importar el color ideológico, sigue siendo susceptible a las mismas tentaciones.
En el fragor del debate, *es fácil que la defensa del petrismo* apele a tecnicismos o a la persecución política. Pero la verdad es que las *pruebas documentales* tienen un peso innegable. La responsabilidad recae ahora en la campaña para ofrecer una explicación que no solo sea legalmente sostenible, sino *éticamente convincente*.
Si la campaña del *”cambio” está llena de “mentiras y ocultando las verdades,”* como sugiere la preocupación general, entonces el “cambio” es solo una palabra vacía. La transparencia no puede ser un lema de campaña; debe ser una *práctica inquebrantable*. El país *merece saber quién pagó esos vuelos y por qué la campaña decidió jugar a las escondidas con el dinero que impulsó su victoria*.
Entérate en *Instagram, X, TikTok, Whatsapp, Facebook, threads,* y gratis en nuestra Noticia diaria ¿Dudas o sugerencias? escríbenos a noticias@caucaextremo.com
*www.caucaextremo.com #laotracaradelanoticia & Colombia extremo Televisión #cercadeti*


































































