Es innegable la asombrosa paradoja que vivimos en el panorama mediático de nuestro departamento. Mientras los ciudadanos exigimos rigor y verdad, observamos con frustración cómo ciertos **medios de comunicación**, en la desesperada carrera por obtener ‘likes’, aumentar el tráfico y sumar unos cuantos centavos, son capaces de *sacrificar la reputación* y la dignidad de cualquier persona.
Esta práctica no solo es injusta, es corrosiva para el tejido social. La dignidad de los caucanos no puede ser la moneda de cambio en el mercado de la atención digital.
*La Fórmula Viciada: La Burla y la Disculpa Tarde*
La dinámica es tristemente familiar y profundamente dañina:
- *La Noticia Falsa y Viral*: Se publica una información sin verificar, sensacionalista y a menudo malintencionada, asegurando miles de interacciones y la viralización inmediata. Se obtiene el tan anhelado *‘beneficio’ del clic y la publicidad*.
- *La Demolición Reputacional:* El daño moral y personal queda hecho. La duda se siembra en la mente de la audiencia y la imagen de la persona o institución afectada se deteriora, a veces, de forma irreparable.
- *La Tímida Retractación:* Días después, cuando la presión es alta o el titular ya cumplió su cometido económico, el medio se “burla” nuevamente al publicar una pequeña disculpa o corrección, alegando un simple “error”.
Esta fórmula de “disparar primero y preguntar después” es la antítesis del periodismo ético. La *disculpa nunca es proporcional* al daño infligido. Se instrumentaliza la verdad y se trivializa la credibilidad en aras de la inmediatez y la ganancia fácil.
*¿Hasta Cuándo Seguiremos Aplaudiendo?*
La responsabilidad de detener esta marea de *falsas noticias* no recae únicamente en los comunicadores; también está en manos de la audiencia. *Seguir aplaudiendo* y compartiendo ciegamente el contenido que prioriza el escándalo sobre la veracidad nos convierte en cómplices involuntarios de la manipulación.
El periodismo en el Cauca debe ser un pilar de la democracia y un espejo fiel de nuestra realidad, no una herramienta para sembrar el caos y la desconfianza. Exigir *rigor, investigación y ética* no es un lujo, es una necesidad fundamental para la salud de nuestro departamento.
Hacemos un llamado vehemente a los medios: el verdadero valor de la comunicación está en su *credibilidad*, no en su capacidad de generar *likes*.
Y a los ciudadanos: seamos *filtros críticos* de la información. Dejemos de premiar con nuestra atención a quienes negocian con nuestra dignidad.
*Es hora de que las voces verdaderas y responsables recuperen su lugar. El Cauca merece una comunicación que construya, no que destruya*.
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