La reciente emisión de Caracol ha dejado un sentimiento de profunda tristeza e incertidumbre en muchos colombianos. Ver cómo se pone en tela de juicio el honor de un General de nuestro Ejército Nacional por presunta traición a la patria es un golpe duro que sacude la confianza en nuestras instituciones.
No se trata solo de un escándalo individual; esta situación pone en entredicho la integridad de nuestras Fuerzas Militares y, lo más preocupante, la eficacia de nuestro equipo de inteligencia nacional.
El Dolor de las Familias y la Sospecha
Es especialmente doloroso que, según las denuncias expuestas por líderes de disidencias, sean precisamente aquellos que ocupan los escritorios de alto mando quienes presuntamente facilitan el trabajo del enemigo, mientras que nuestros hijos de la patria mueren a diario en el campo de batalla.
Esta sospecha es una herida abierta para las familias que han entregado a sus seres queridos al servicio del país. Se preguntan, con razón: ¿En quién confiar cuando la traición parece venir de dentro?
Exigimos Transparencia y Prontas Respuestas
Aunque la presunción de inocencia existe, la gravedad de las acusaciones exige la máxima transparencia. La fe en nuestras instituciones está en juego.
¡Colombia merece la verdad!
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Exigimos respuestas prontas y contundentes de la Fiscalía y del Ministerio de Defensa.
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Es hora de que se demuestre con hechos que la lealtad y el honor siguen siendo los pilares inquebrantables de nuestras Fuerzas Militares.
La confianza se construye con verdad y se recupera con justicia.


































































