El aire político en el departamento del Cauca no solo está caldeado, sino que se está cargando con la promesa de una revancha épica con miras a las elecciones de Congreso de 2026. La figura central de esta nueva narrativa es, sin duda, Felipe Muñoz, cuya candidatura se presenta con un ímpetu de “todo o nada”, respaldada por la creencia popular de que “la quinta es la vencida”.
La política caucana es un deporte de alto contacto, y la postulación de Felipe Muñoz llega con una declaración de guerra directa a una de las casas políticas más visibles: la de Faber Muñoz Cerón.
La Revancha y la ‘Carta Guardada’
El grito de batalla de Felipe Muñoz no es solo por una curul, sino por un desquite histórico. La insistencia y la perseverancia de este líder sugieren una profunda convicción y, más importante aún, un respaldo silencioso pero robusto. La tesis de que es la “carta guardada de una de las administraciones” no es una frase lanzada al azar; implica que su campaña no se basará únicamente en carisma personal, sino en una maquinaria bien aceitada, con recursos y estructuras capaces de movilizar una votación masiva.
Esta percepción pone bajo presión a Faber Muñoz Cerón, cuya trayectoria y permanencia en la arena pública son incuestionables. El mensaje de los seguidores de Felipe es claro: “que se atenga Faber”, porque esta vez, el juego será distinto.
El Fantasma del ‘Miacayazo’
Pero el elemento más fascinante y revelador de esta contienda es la mención del “MICAYAZO”. Aunque el término alude a un evento específico y controvertido del pasado electoral del Cauca, en el contexto actual funciona como una poderosa metáfora. Representa todo aquello que Felipe Muñoz y sus aliados buscan evitar:
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El fraude o la sorpresa: La posibilidad de que una votación legítima se vea truncada por maniobras de último momento, conteos dudosos o trampas políticas.
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El resultado inesperado: El temor a trabajar arduamente y que, al final, la curul se pierda por un margen mínimo ante un rival con más manejo electoral.
Al declarar que “esta vez no existirá un MICAYAZO”, el aspirante no solo promete vigilancia total sobre el proceso electoral, sino que también busca movilizar la confianza del electorado que se siente históricamente frustrado por resultados polémicos. La campaña se convierte en una cruzada por la transparencia y la legitimidad del voto popular.
¿Sorpresa o Realidad?
Si Felipe Muñoz logra cohesionar el respaldo administrativo que se le atribuye con el sentimiento de revancha de un sector del electorado, el resultado será, tal como se predice, una sorpresa en el tarjetón.
No se trata solo de ser el nuevo Representante; se trata de demostrar que la perseverancia y el poder de una nueva alianza pueden derrotar a las estructuras políticas tradicionales. Si el Cauca decide que es hora de un cambio y si la “carta guardada” se juega con inteligencia, la quinta no solo será la vencida, sino el inicio de un nuevo capítulo en la política regional.
La mesa está servida y el Cauca se prepara para una contienda que, más que una elección, parece un pulso épico entre dos fuerzas políticas que llevan el mismo apellido, pero que representan visiones y ambiciones profundamente distintas.


































































