El reciente encuentro de la Organización de Cafeteros AAA Comercio Justo de Patía, con la participación de representantes de los comités de Bolívar, Balboa, Florencia, Patía y Mercaderes, es una muestra vibrante de cómo la democracia gremial se traduce en un motor de desarrollo tangible. Las decisiones tomadas, con una visión proyectada al 2026, no son meros planes, sino un compromiso profundo con la sostenibilidad en su sentido más amplio.
Históricamente, el sector cafetero ha dependido de la iniciativa individual. Sin embargo, en Patía, la consigna es clara: Más Organización, Más Sostenibilidad. El enfoque decidido en áreas como empoderamiento, vivienda, productividad, renovación y los programas BEPS (Beneficios Económicos Periódicos), evidencia una comprensión madura de que la sostenibilidad no se limita al grano o al medio ambiente, sino que debe anclarse en el bienestar y la seguridad económica y social de las familias caficultoras.
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Empoderamiento y Vivienda: Abordar el tema de la vivienda es crucial. Una familia con un hogar digno y seguro tiene la base para proyectar un futuro en el campo, frenando la migración rural y atrayendo a las nuevas generaciones. El empoderamiento, por su parte, consolida el liderazgo local y la participación activa, especialmente de mujeres y jóvenes, en la toma de decisiones.
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Productividad y Renovación: Estos pilares son la garantía de la sostenibilidad económica. Invertir en la renovación de cultivos y mejorar la productividad asegura que el café de Patía no solo sea de calidad, sino que también sea rentable, permitiendo a los caficultores competir en el exigente mercado de Comercio Justo.
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Programas BEPS: La inclusión de los programas BEPS es una jugada estratégica de seguridad social. Ofrecer una perspectiva de ahorro y protección para la vejez en el campo es un factor de estabilidad que ninguna organización moderna puede ignorar.
La socialización de los resultados del 94 Congreso Cafetero, liderada por el director ejecutivo Roberto Castrillón Simmonds, complementa esta visión de base. Las recomendaciones de los caficultores y los resultados en innovación, transformación y valor agregado demuestran que la Federación y las organizaciones locales trabajan en sintonía: las propuestas institucionales no son impuestas, sino que buscan potenciar las necesidades y las capacidades ya existentes en el territorio.
La experiencia de Patía nos recuerda que la #MásFederación no es solo una estructura administrativa, sino un ecosistema que florece cuando la base, la organización municipal, toma las riendas de su propio destino. Cuando las decisiones sobre la finca, el hogar y el futuro se toman de manera democrática y con una mirada integral, el café no es solo un producto de exportación; es el fruto de una comunidad organizada, justa y, sobre todo, sostenible.


































































