*En el corazón del departamento del Cauca*, donde la geografía es tan compleja como su historia, el liderazgo no se construye solo con discursos, sino con la entereza de quienes han sabido transformar el dolor en esperanza. *Este 24 de diciembre, mientras el país se detiene a reflexionar*, la figura del senador *Ferney Silva* emerge no solo como un actor político, *sino como un símbolo de resiliencia humana*.
Recientemente, /una imagen del senador compartiendo con sus hijos ha resonado profundamente en la opinión pública/. Es una fotografía que trasciende la política; es el retrato de un hombre que, a pesar de las cicatrices que deja la vida y la lucha social, elige la alegría y el refugio familiar como motor para seguir adelante. Para el pueblo caucano, esta imagen es un recordatorio de que /quien ama a su familia, es capaz de amar con la misma intensidad a su tierra/.
Es imposible hablar de la entrega de Ferney Silva sin mencionar a *su “ángel propio”*, *Jazmín Hurtado*. Su legado no se ha borrado con el tiempo; al contrario, *se ha convertido en una huella imborrable que recorre cada municipio y cada vereda*. Jazmín fue y sigue siendo el *símbolo del amor puro por la gente, una fuerza espiritual* que guía el trabajo incansable del senador. Ese “dolor y alegría” que Silva lleva en el corazón es el combustible para una gestión que busca, por encima de todo, la *unidad, la paz y el progreso*.
El Cauca se encuentra en una encrucijada histórica. *La llegada de este cierre de 2025 y el inicio del 2026 nos plantean un reto*: ¿Desde dónde queremos construir nuestro futuro? La respuesta que propone el senador Silva es clara: *desde el amor*. No un amor pasivo, *sino un amor decidido, valiente y trabajador que se traduce en proyectos, en cercanía con las comunidades y en una búsqueda constante de armonía*.
*Ser símbolo de paz en un departamento que ha sufrido tanto requiere una decisión inquebrantable. Ferney Silva demuestra que sí se puede trabajar por las comunidades cuando hay un propósito superior*. Este enero de 2026 no debe ser solo el inicio de un nuevo año, sino el despertar de un Cauca que se reconoce en sus líderes resilientes, que abraza su historia y que camina con paso firme hacia la prosperidad.
*Hoy, la invitación es a seguir ese ejemplo: que la unidad sea nuestra bandera y que el legado de amor de quienes ya no están, como el de Jazmín*, nos inspire a transformar nuestra realidad. *Porque al final del día, el progreso del pueblo caucano solo será posible si lo construimos juntos, con el corazón en la mano y la mirada puesta en el futuro*.


































































