La política caucana, como un trabalenguas perpetuo, nos obliga a desenredar la compleja madeja de intereses que se esconden detrás de las siglas de los partidos. *Si bien la crítica a los conservadores que se acomodan en cargos burocráticos es una constante, hoy nos enfocamos en el laberinto que conforma la facción liberal en el Cauca,* un partido que, en teoría, defiende principios, pero en la práctica parece ser un campo de batalla de egos, rencillas y ambiciones personales.
En este juego de ajedrez, las figuras se mueven con una cadencia propia. *César Cristian Gómez Castro*, quien nació y creció en la política desde la imprenta, es un ejemplo de cómo la sagacidad se impone sobre el linaje. A su lado, en sus inicios, la figura de la exparlamentaria *Emith Montilla* fue su mentora, un trampolín desde el cual se proyectó. Sin embargo, su camino no estuvo exento de roces con los *«patriarcas»,* aquellos que, con «rabo de paja», hoy evitan el escrutinio, como el exministro *Luis Fernando Velasco*.
*La búsqueda de curules: más allá de los principios*
El patriarca liberal se encuentra en una encrucijada, buscando una lista que no solo le asegure una curul, sino que también permita arrastrar a otro candidato. La preocupación es latente: si la jugada falla, el «chamuscado» sería él. Mientras tanto, *los excongresistas, lejos de preocuparse por los principios liberales que alguna vez defendieron, se enredan en sus propios intereses burocráticos.*
*La lealtad al partido se ha transformado en una lealtad al cargo, a la familia y a la promesa de un contrato.*
*Nuevos y viejos rostros en el camino*
En este camino de alianzas y desilusiones, emergen otros nombres que buscan su lugar. *Lucy Amparo Guzmán González*, exalcaldesa de Santander de Quilichao, destaca por su gestión y trabajo social. Su presencia en la lista representa una oportunidad para el partido de mostrar un rostro más cercano a la comunidad. Otro que pisa fuerte es el exalcalde de El Bordo-Patía, *Edgar Gómez*, quien, con su activa correría, ha logrado granjearse el afecto de muchos, posicionándose como una de las votaciones más importantes del partido.
No obstante, en la lista también se encuentra el *«camaleón del Cauca»*, un personaje que, movido por la burocracia familiar, ha perdido credibilidad al incumplir compromisos. A pesar de esto, sus 5.000 votos potenciales se convierten en una pieza clave para empujar la lista, demostrando una vez más que, en este juego, el pragmatismo se impone sobre la ideología.
Este trabalenguas liberal apenas comienza. *La disputa por una curul es más intensa que nunca, y la pugna por el poder amenaza con dejar en el olvido los principios que alguna vez definieron al partido.*
Solo el tiempo dirá si la esencia liberal se recupera o si, por el contrario, seguirá diluyéndose en el laberinto de la burocracia y los intereses personales.