“Un buen Alcalde, genera confianza y de ella nace la cooperación, el civismo y el sentido de pertenencia por su municipio (…)”.
Confieso que tenía unas ganas enormes de escribir una columna fuerte (o digamos catastrófica), sobre las terribles consecuencias para Inzá “Tierradentro” , si se hubiese elegido un mal alcalde en las atípicas elecciones que se generaron porque Gelmis Chate perdió le anularon la credencial por doble militancia, tema que es complejo de discernir donde el obedeció la decisión de su comunidad indígena al apoyar al actual gobernador Octavio Guzmán .
En especial, cuando venimos dando tumbos -como mulo escorado- desde hace tantos años en nuestra administración pública. Sin embargo, no demoró en llegarme la vocecita atemperada de mi conciencia, quien me aconsejó: “Rumié, hazlo en positivo, que los mensajes optimistas se reciben mejor”. Y es lo que voy a hacer:
Un buen alcalde genera confianza y de ella nace la cooperación, el civismo y el sentido de pertenencia por la ciudad.
Cuando hay confianza en nuestro alcalde, los recaudos tributarios mejoran y se incrementan los recursos para la inversión pública.
Un buen alcalde, además de incorruptible, escoge colaboradores honrados y eficientes, y la productividad y la ejecución se propagan en su administración. La eficiencia trae más obras y más obras motivan a los contribuyentes morosos a ponerse al día.
El crecimiento propicia optimismo y el optimismo es contagioso, disparando la inversión privada.
Con un alcalde bueno, el Gobierno nacional tiene la motivación de trabajar en equipo con la administración local. ¿Y sabes por qué? Pues porque las buenas noticias también se propagan y el presidente y sus ministros serán los primeros en conocer las buenas referencias del mandatario. Y con la llegada de nuevos recursos, se multiplican las ejecuciones en salud, educación, servicios públicos, movilidad, vivienda, vías públicas, y por ende, en mejorar nuestra calidad de vida. ¡Todos ganamos!
Un alcalde exitoso es un mandatario empoderado y con el empoderamiento se viene su capacidad para ejercer la autoridad, la cual, déjame decirte, la estamos necesitando a gritos. Con un alcalde bueno se crecen las iniciativas ciudadanas y la gente se anima por participar y mejorar el entorno de su vecindario. La ciudad se embellece y el círculo virtuoso se expande, motivando, inclusive, a que elijamos a un nuevo buen alcalde.
Me despido con un mensaje “pertinente” y que todos deberíamos poner en las carteleras de nuestros edificios, sitios sagrados, el parque arqueológico , hoteles , iglesias y lugares de trabajo, para untarnos de realidad y que dice lo siguiente:
“No es la política la que hace a un candidato convertirse en ladrón, es nuestro voto el que hace a un ladrón convertirse en político. .
Insisto, con un buen alcalde, todos ganamos y hoy queda demostrado que la labor que realizo Gelmis Chate permitio entregar las riendas de su municipio a DELIO HERNAN TRUJILLO CAMPO , Confieso que tenía unas ganas enormes de escribir una columna fuerte (o digamos catastrófica), sobre las terribles consecuencias para Inza , si se hubiese elegido , un mal alcalde en las atipicas elecciones del dia de hoy . En especial, cuando venimos dando tumbos -como mulo escorado- desde hace tantos años en nuestra administración pública. Sin embargo, no demoró en llegarme la vocecita atemperada de mi conciencia, quien me aconsejó: “Rumié, hazlo en positivo, que los mensajes optimistas se reciben mejor”. Y es lo que hice espere hasta el final para saber que pasaria con esta tierra de historia ancestral
Un buen alcalde genera confianza y de ella nace la cooperación, el civismo y el sentido de pertenencia por la ciudad.
Cuando hay confianza en nuestro alcalde, los recaudos tributarios mejoran y se incrementan los recursos para la inversión pública. Un buen alcalde, además de incorruptible, escoge colaboradores honrados y eficientes, y la productividad y la ejecución se propagan en su administración. La eficiencia trae más obras y más obras motivan a los contribuyentes morosos a ponerse al día. El crecimiento propicia optimismo y el optimismo es contagioso, disparando la inversión privada.
Con un alcalde bueno, el Gobierno nacional tiene la motivación de trabajar en equipo con la administración local. ¿Y sabes por qué? Pues porque las buenas noticias también se propagan y el presidente y sus ministros serán los primeros en conocer las buenas referencias del mandatario. Y con la llegada de nuevos recursos, se multiplican las ejecuciones en salud, educación, servicios públicos, movilidad, vivienda, vías públicas, y por ende, en mejorar nuestra calidad de vida. ¡Todos ganamos!
Un alcalde exitoso es un mandatario empoderado y con el empoderamiento se viene su capacidad para ejercer la autoridad, la cual, déjame decirte, la estamos necesitando a gritos. Con un alcalde bueno se crecen las iniciativas ciudadanas y la gente se anima por participar y mejorar el entorno de su vecindario. La ciudad se embellece y el círculo virtuoso se expande, motivando, inclusive, a que elijamos a un nuevo buen alcalde.
Me despido con un mensaje “pertinente” y que todos deberíamos poner en las carteleras de nuestros edificios, universidades, iglesias y lugares de trabajo, para untarnos de realidad y que dice lo siguiente: “No es la política la que hace a un candidato convertirse en ladrón, es nuestro voto el que hace a un ladrón convertirse en político”.
Insisto, con un buen alcalde, todos ganamos, Gelmis Chate demostró que su liderazgo pudo triunfar ante los envidiosos que lo sacaron de allí, hoy hereda su corona. Pero, si elegimos mal, esto seguirá en la m… Así de sencillo.
. Pero, si elegimos mal, esto seguirá en la m… Así de sencillo, hoy Inza se unió y realizo una gran elección con Delio Hernán Trujillo Campo.
Palante que el Trabajo apenas arranca y hoy se demostro que el pueblo inzaeño se fortalece con sus lideres .