El 15 de abril, dos días después de los comicios presidenciales en Ecuador, alegando un conjunto de hechos, todos comprobados como falsos, que, según él, impedían que se pudiera hablar de “elecciones libres”, Petro sostuvo que no podía “reconocer las elecciones” ni la legitimidad de Daniel Noboa. Creaba así una nueva crisis diplomática, una más, en esta ocasión para defender a Luisa González, la candidata de Rafael Correa, derrotada por el nuevo presidente.
Sin embargo, el 23 de mayo Petro envió una nota donde avisaba al Congreso que el día siguiente viajaba “a la ciudad de Quito con el fin de participar en la posesión de mando presidencial del señor Noboa, y participar en reuniones de trabajo. El regreso a Colombia será el día 26 de mayo”. Petro nunca informó que viajaría a Manta ni que ese viaje sería parte de una «agenda privada”.
El 7 de junio, un sicario atentó contra Miguel Uribe. El joven asesino sobrevivió y fue capturado. A partir de la información entregada por él, los videos recogidos en la zona, y la captura de otras tres personas vinculadas por el intento de homicidio, no hay duda de que detrás del mismo hay un plan coordinado.
De acuerdo con Carlos Eduardo Mora González, quien conducía el vehículo que transportó al sicario, el Costeño, la persona que lo contrató, tiene vínculos con el Churco, parte de Los Lobos, una banda criminal ecuatoriana especializada en el narcotráfico y en el sicariato para socios internacionales y grupos aliados, a la que se atribuye responsabilidad en el asesinato el 9 agosto de 2023 de Fernando Villavicencio, entonces candidato presidencial en su país.
Unos días antes, el 29 de julio, Villavicencio había divulgado en un video que Raisa Vulgarín, candidata a la Asamblea Nacional por la Revolución Ciudadana, el partido de Correa, tenía relaciones con Camilo Burgos, de quien era pareja, y con Nicolás Petro, primo de Camilo. Recordó también que los vínculos entre Correa, su partido, y Petro y su campaña iban más allá: Vinicio Alvarado, asesor de Petro tanto en la campaña de 2018 como en la de 2022, era también el asesor de Luisa González en Ecuador. Por cierto, para la campaña del 22 Alvarado ya era prófugo de la justicia ecuatoriana, condenado en 2020 por participar en una red de sobornos de empresas para financiar el movimiento político de Correa a cambio de contratos.
El homicidio de Villavicencio fue cometido por un grupo de sicarios colombianos contratados con ese propósito. Seis de ellos fueron capturados. Los ahorcaron el 6 de octubre del 23, en medio de una revuelta carcelaria en la cárcel en Guayaquil donde estaban recluidos. Para esa fecha, el líder de esa prisión era Fito, jefe de los Choneros, un poderosísimo cartel ecuatoriano que trabaja con grupos criminales en Colombia, México y Perú. Fito habría amenazado varias veces a Villavicencio. En enero de 2024, Fito se fugó.
Los Lobos surgieron como una escisión de Los Choneros y Fito es de Manta, la séptima ciudad del Ecuador, situada en el Pacífico, sin ningún atractivo turístico, una de las ciudades más peligrosas de Ecuador y en la que se dice que no se mueve una pluma sin que se enteren, o lo autoricen, los criminales.
Distintas fuentes ecuatorianas afirman que Petro en Manta se habría reunido tanto con políticos del movimiento de Correa como con Fito o personas de su círculo de confianza. John Reimberg, ministro del Interior de Ecuador, declaró que “lo que sabemos es que Gustavo Petro estuvo en Manta, dentro de una casa durante toda su estadía. Una casa de lujo, permaneció ahí dos días. Nunca salió, ni siquiera a comer. Estuvo ahí encerrado”. Dijo también que no puede “asegurar o descartar» que se haya reunido con uno u otros.
El 09 de junio, María Antonia Velasco, exM19 y hoy embajadora de Colombia en Ecuador, recibió una carta de Fito. En ella, el entonces fugitivo dijo tener “información muy valiosa” y estar “dispuesto a entregarme en las próximas horas, por lo que le solicito muy encarecidamente, señora embajadora, que me sirva de garante para mi entrega”. El gobierno colombiano ha confirmado que recibió la carta, aunque no dice cómo la recibió, porqué Fito buscó su apoyo ni si se comunicó después con él. Lo cierto es que Fito fue recapturado el 25 de junio en Manta.
El pasado domingo, Petro afirmó que «no tengo ni idea quien es el tal Fito”. Miente, por supuesto. Al menos es imposible que su excompanera en el Eme o la Cancillería no le hubieran hablado de la solicitud de Fito que llegó a la Embajada. Hace cuatro días dijo que «en Manta escribí unas treinta páginas” de un libro.
Sin embargo, ¿por qué no le informó al Congreso que iría a Manta y a «agenda privada”? ¿Quién pagó ese viaje y el alquiler de la casa en Manta? De lo que no hay duda es que no es razonable ni creíble que un presidente extranjero viaje a Manta ni a escribir ni a nada.
Son demasiadas las coincidencias: el Churco, los Lobos, Manta como centro de las actividades delincuenciales de Fito y los Choneros, los vínculos entre grupos criminales de los dos países, probados en las actividades mafiosas de beneficio mutuo y en el asesinato de Villavicencio, la carta de Fito a la Embajada, posterior al viaje de Petro, la negativa sistemática de Petro de explicar a qué fue a Manta y con quién se reunió. Con todas las letras: Miguel Uribe era el más opcional para ser el candidato presidencial del Centro Democrático, el principal partido de oposición. En su intento de asesinato hay un vínculo que lleva a grupos criminales ecuatorianos que tienen Manta como centro de operaciones. Petro estuvo allá unos días antes y hay periodistas ecuatorianos que sostienen que se reunió con miembros de esos grupos. De la responsabilidad política de Petro en el crimen contra Miguel no hay duda. Ahora tiene la obligación de despejar cualquier duda de que ese haya sido un crimen de Estado.
El viernes capturaron a el Costeño. A ver si la Fiscalía hace su trabajo.