La política internacional para proteger la unidad del continente americano habría tenido un nuevo aliento con el eventual triunfo del candidato republicano Donald John Trump a la presidencia de los Estados Unidos. América Latina necesita un liderazgo fuerte a nivel continental, para contener la avalancha comunista que se ha venido expandiendo por Nicaragua, Venezuela y Colombia.
Las pretensiones expansionistas de Rusia sobre territorio americano, donde han adquirido las minas de oro, plata y coltan, además de la protección de las rutas del narcotráfico, son una amenaza para la estabilidad de países, como Colombia, donde se ha despedazado la democracia en manos de un excombatiente de las guerrillas del Movimiento Diecinueve de Abril, que ha venido desmantelando a las fuerzas militares y de policía.
Los Estados Unidos no deben tolerar por más tiempo al régimen comunista de Venezuela, donde se robaron las elecciones presidenciales y están asesinando a los opositores políticos, luego de haberle hecho tanto daño a siete millones de migrantes que recorren el mundo invocando la solidaridad internacional. Un atajo de bandidos que lleva veinte años humillando al pueblo venezolano, que ha sufrido las peores persecuciones del dictador Nicolás Maduro Moros, cuya vocación criminal ha amenazado al continente.
Con el triunfo del presidente Donald John Trump, el candidato presidencial republicano en los Estados Unidos, cambiarán las reglas del juego en la política exterior de la primera potencia mundial, habrá una mano fuerte para perseguir a los bandidos que destruyeron la democracia de Nicaragua, Venezuela y que, finalmente, están buscando acabar la democracia en Colombia.
La señora Kamala Harris es proclive a las ideas comunistas y es evidente su debilidad en la persecución de los grupos de narcotraficantes que están dominando amplias zonas del territorio colombiano y del continente americano, donde desapareció el ejercicio de la autoridad, legítimamente constituida y se abrió paso la ‘Ley del mas fuerte’, con grupos de bandidos que han cobrado la vida de centenares de líderes sociales, que han intentado combatir el narcotráfico y la minería ilegal. Por el despeñadero de la influencia comunista, están acabando con Colombia.
China es el mayor rival económico de Estados Unidos, y la enemistad no muestra señales de disminuir, independientemente de quién se convierta en el próximo presidente estadounidense. Trump ya ha amenazado con reactivar una guerra comercial que comenzó durante su primer mandato, en el que impuso aranceles por valor de US$250.000 millones a las importaciones chinas. Este año, Trump dijo que, si era reelegido, aumentaría los aranceles a los productos chinos entre un 60 % y un 100 %. Pero, esta no es la única nación en ser atacada, ya que Trump ha amenazado con imponer un arancel general del 10 % a todas las importaciones estadounidenses.
El triunfo de Donald John Trump favorece a los países de América Latina que son aliados naturales del gobierno norteamericano y se necesita una mano fuerte que combata el avance comunista de Colombia y Venezuela, donde millones de compatriotas han tenido que huir de sus respectivos países, provocando la terrible crisis económica que estamos padeciendo por la manguala del presidente Gustavo Petro con sus antiguos amigos de los grupos alzados en armas.
