Un potente sismo de magnitud 5,9 sacudió el sureste de Cuba en la mañana de este domingo, seguido de una réplica aún más fuerte de 6,8 grados, generando escenas de pánico y afectando la infraestructura en varias localidades de la isla. Los temblores se sintieron con especial intensidad en la provincia de Granma y Santiago de Cuba, dejando viviendas con daños estructurales y una profunda conmoción entre los residentes.
El primer temblor ocurrió a las 10:50 a.m., con epicentro en el mar a unos 35 kilómetros de Bartolomé Masó, en Granma, lo que causó derrumbes parciales y paredes agrietadas en zonas de Pilón y Niquero. Aproximadamente una hora después, la réplica alcanzó una magnitud de 6,8, aumentando el temor entre la población y causando el colapso de algunas estructuras.
Karen Rodríguez, una residente de Caney de las Mercedes, en Bartolomé Masó, relató a la agencia AFP cómo los dos temblores golpearon su localidad: “Había pasado como media hora del primer temblor cuando vino el segundo, que fue todavía mucho más fuerte”. Rodríguez señaló que en su comunidad varias viviendas sufrieron graves daños, con paredes agrietadas y techos colapsados.
En Santiago de Cuba, una de las ciudades más afectadas, muchos habitantes abandonaron sus hogares para ponerse a salvo. Andrés Pérez, un jubilado de 65 años, describió a la agencia AFP cómo la intensidad del temblor obligó a la evacuación masiva de viviendas: “Se sintió muy fuerte realmente, mi esposa es un manojo de nervios”.
Las autoridades cubanas, encabezadas por el gobernador de Granma, están a la espera de un informe detallado del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) para evaluar los daños y planificar posibles ayudas a los afectados.
