La reciente incautación de un kilogramo de una sustancia ilícita, presuntamente base de coca, en el Terminal de Transportes de Popayán, llevada a cabo por la Policía Metropolitana, es un indicativo claro de la dinámica del tráfico de drogas en la región. Si bien la captura en flagrancia de un hombre de 26 años es un éxito operativo, el hecho revela que la capital del Cauca sigue siendo un punto estratégico en la red de distribución y microtráfico.
El Terminal: Una Puerta de Entrada y Salida
El terminal de transportes, por su naturaleza, es un punto neurálgico que conecta la ciudad con el resto del departamento y el país. Para las redes de tráfico de drogas, se convierte en un canal logístico vital. Que un kilo de base de coca, con un valor estimado de cuatro millones de pesos, haya sido detectado en un bus de servicio público, subraya la necesidad de mantener y reforzar la vigilancia constante en estos puntos de acceso.
La eficacia del procedimiento de registro de pasajeros es innegable. La pericia policial al inspeccionar el bolso y hallar la bolsa con la sustancia beige evitó que esta dosis significativa llegara a las calles para su distribución. La prevención y la disuasión en estos centros de transporte masivo son la primera línea de defensa contra el flujo de sustancias ilícitas hacia los barrios y comunidades.
La Lucha Incesante
Este incidente, aunque parezca menor en comparación con grandes cargamentos, es crucial en la lucha contra el microtráfico, que es el motor de gran parte de la inseguridad y la violencia en la ciudad. El kilo incautado representa una cantidad que, fraccionada, tendría un impacto significativo en la salud pública y el orden social de Popayán.
La judicialización del capturado en la URI y la custodia de la sustancia para su análisis son los pasos formales necesarios. No obstante, las autoridades deben ir más allá y utilizar esta captura como una pieza de información para desmantelar las redes que están detrás.
La Policía Metropolitana de Popayán está obligada a mantener la presión operativa en el terminal y otros puntos vulnerables. Sin embargo, la ciudadanía también debe reconocer que este es un problema sistémico. El control policial debe ser complementado con estrategias sociales que ataquen las causas del consumo y la vinculación de jóvenes al negocio del microtráfico, para que la detención de un ‘correo’ no sea solo un evento aislado, sino un paso hacia un entorno urbano más seguro y libre de drogas.


































































