Hoy siento la necesidad de escribirte esta carta, aunque sé que ya no estás físicamente con nosotros.
Aún me cuesta aceptar que falleciste, y en este día 21 de junio de 2025 a las 5:30 P.M hasta el último momento preguntabas por tu nieto, por tu Marcelo, es duro aceptar que ya no poder verte en esas videos llamadas, hoy me enviaras las bendiciones desde el cielo, convirtiéndote en mi ángel, aunque siempre fuiste eso para mí, todo lo que significaste para mí es algo que no puede describir.
El vacío que dejaste es grande pero los recuerdos que llevo conmigo son fuertes. Siempre fuiste un ejemplo de bondad, paciencia y sabiduría, y esos momentos que compartimos están grabados en mi corazón. Como olvidar la forma que siempre me apapachaste, tus mimos, consejo y sobre todo la forma que resaltabas lo orgullosa que te encontrabas cada vez que veías un reportaje o alguna entrevista.
Tus palabras de aliento, tus consejos sencillos pero llenos de verdad, y esa sonrisa tuya que parecía tener la capacidad de hacer que todo estuviera bien, me acompañarán siempre.
Me enseñaste a ver la vida con esperanza, a valorar las cosas pequeñas y a ser agradecido con lo que uno tiene, sin olvidar que siempre puedes estar tan bajo como tan alto donde en el camino te encontraras con aquellos que te quieren como aquellos que tan solo te han menospreciado.
Sé que estás en un lugar de paz, y aunque me duele no tenerte aquí, encuentro consuelo en pensar que sigues cuidándome desde el cielo. Llevo tus enseñanzas conmigo y trato de honrar todo lo que me diste viviendo como me enseñaste: con amor, paciencia y bondad.
Sé que hasta el último momento me enviaste tus bendiciones, gracias mi vieja, te amo, hasta la eternidad
Tu Nieto
MARCELO ARANGO MOSQUERA