Con unas botas ‘pantaneras’, una sudadera negra del Real Madrid y la altivez que la caracteriza como periodista aguerrida, llegó hasta la catedral de Santa Ana, iglesia matriz de la Diócesis de Ocaña, la periodista española Salud Hernández Mora, secuestrada por la guerrilla del Eln en zona rural de El Tarra el pasado sábado 21 de mayo.
Acompañada por el sacerdote Jairo López Ramírez y funcionarios de la Defensoría del Pueblo, agradeció la intermediación del clero para recobrar su libertad. La Opinión pudo establecer que los obispos de Tibú y Ocaña, Omar Sánchez y Gabriel Ángel Villa Vahos, respectivamente, jugaron un papel importante en su liberación.
“Muchísimas gracias a la iglesia católica y la Defensoría del Pueblo, quienes han logrado una liberación rápida y discreta”, exclamó a su llegada a Ocaña.
Lo que sucedió realmente
Hernández fue categórica al afirmar que lo suyo fue un secuestro, pues aunque el día de su desaparición se subió a una moto de manera voluntaria para recuperar unos equipos que el viernes 20 le habían quitado unos guerrilleros del Eln en El Tarra, jamás pensó que la iban a retener contra su voluntad.
“Me dijeron que me los iban a entregar y de paso a dar una entrevista; también, que me alistara para seguir mi camino hacia Cúcuta. He sido siempre imprudente, un reportero tiene que ser imprudente para conseguir las cosas. Me llevaron a Buenos Aires, una vereda antes de Filo El Gringo que ya conocía. Cambiamos de motos varias veces buscando a la guerrilla y al final apareció”, explicó.
Luego de encontrarse con los guerrilleros, estos le informaron que debía quedarse unos días, le quitaron las pertenencias y le trajeron otra ropa.
“Cambiamos de sitio varias veces; los traslados eran en horas de la noche. Estuve en una casa abandonada”, enfatizó.
Ya conocía el Catatumbo
La periodista indicó que desde el año 1999 conoce la zona del Catatumbo, pues desde siempre ha creído que el periodismo no se puede ejercer detrás de un escritorio.
“No necesito que me secuestren para conocer la realidad. Es una región abandonada, con unos problemas sociales tremendos, independiente de si hay o no coca. No sé cómo los van resolver; los políticos no merecen respeto porque son corruptos, aunque no son los únicos responsables. En esta región hay una problemática social de niñas embarazadas grandísima, hay un desarraigo hacia la comunidad porque hay una población que solo viene a raspar coca, que lo único que trae es una cultura narco”, explicó.
«Estaba haciendo un trabajo»
La periodista aclaró que su presencia en la zona del Catatumbo obedecía a un informe especial que estaba preparando sobre esta región y que se vio interrumpido por el Eln.
“Enviaron un comunicado conmigo explicando lo sucedido. Yo les he dicho que nosotros no sacamos comunicados. Yo no lo reproduzco. Les dije que en diez días no he cambiado de opinión sobre el secuestro, pues llevo 16 años perteneciendo a País Libre. Todo esto me parece un error tremendo que no conduce a nada, una torpeza”, precisó.
Sobre un eventual proceso de paz con el Eln, Hernández indicó que este tipo de hechos lo que hacen es acrecentar el escepticismo de la población sobre el mismo.
“Yo creo en la paz, critico es la manera de negociar, la entrega permanente a las Farc de todo lo que piden, ese es un parecer que no cambio en una semana. Además, soy mayor para cambiar tan rápido mis argumentos. Con un secuestro yo no cambio de opinión jamás”, reiteró.
Las organizaciones sociales
Indicó que por el camino de regreso a la libertad, observó gran cantidad de camiones de las organizaciones sociales del Catatumbo, quienes se movilizan para marchar este fin de semana por el inconformismo con las políticas del gobierno nacional.
“El que quiera salir de Ocaña que se vaya esta noche. Que salga corriendo, hay muchos camiones viniendo”, exclamó.
Manifestó que como siempre ocurre en Colombia, el gobierno ha prometido ‘el oro, esta vida y la otra’. Años después, sin embargo, no ha llevado ni un ladrillo.
“El Catatumbo es una región olvidada, pero no solamente por el gobierno nacional y los gobiernos locales, también la gente tiene que cambiar, llevan 20 o 30 años con la coca y nunca les ha producido ninguna riqueza, solamente desgracias. También los tiempos son otros, también los campesinos no se pueden conformar. Es una problemática que no se puede solucionar en cinco minutos”, puntualizó.