En una época en la que las nuevas generaciones están más conectadas con pantallas que con las historias de sus territorios, una propuesta educativa desarrollada en Santander apuesta por unir ambos mundos: “Aventura Patrimonial”, un videojuego tipo rally que transforma el aprendizaje del patrimonio cultural en una experiencia lúdica e inmersiva.
Este innovador recurso fue creado por investigadores de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), Seccional Bucaramanga, en alianza con la Universidad de Santander (UDES), con el objetivo de fortalecer la relación de los jóvenes con las tradiciones locales de Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta. El videojuego invita a los estudiantes a recorrer escenarios inspirados en estos municipios, donde deberán superar retos basados en saberes ancestrales, oficios tradicionales y prácticas culturales que forman parte del tejido identitario del departamento.
“Aventura Patrimonial” va más allá del uso de la tecnología en el aula. Según sus creadores, se trata de una herramienta pedagógica que convierte al estudiante en protagonista de su propia cultura. A medida que avanza por los distintos niveles del juego, el jugador descubre recetas de cocina tradicional como el ayaco, el tamal santandereano, las obleas, la fritanga o los dulces de plato; explora técnicas artesanales como la joyería, la talla en madera, la alfarería o la tejeduría; y revive historias locales que han sido transmitidas de generación en generación.
“Cada reto dentro del videojuego está diseñado no solo para enseñar, sino para generar una experiencia emocional con el patrimonio, una conexión que nace del juego pero se ancla en la memoria colectiva”, explicó Oscar Eduardo Rueda, docente e investigador principal del proyecto.
Investigación con impacto territorial
El desarrollo de “Aventura Patrimonial” tomó 18 meses de trabajo interdisciplinario. Desde enero de 2023, un equipo conformado por expertos en educación, comunicación, sistemas y humanidades realizó un inventario vivo de saberes locales mediante entrevistas, talleres y trabajo de campo con cocineras tradicionales, artesanos y estudiantes de instituciones públicas.
Este material se integró luego en el diseño del juego bajo el enfoque mediacionista de educación patrimonial propuesto por Fontal (2003), que concibe la enseñanza del patrimonio como una experiencia significativa, contextual y participativa. Así, el videojuego fue construido no solo con información sobre el territorio, sino desde el territorio y con sus portadores de saber.
El videojuego se apoya en dinámicas como adivinanzas, búsquedas de objetos patrimoniales y desafíos creativos que estimulan el pensamiento crítico, la empatía y la apropiación del entorno. Cada estudiante se convierte en explorador de su identidad cultural, en un recorrido que celebra lo local desde el lenguaje digital, el más familiar para las nuevas generaciones.
“Más que transmitir conocimientos, queremos que los estudiantes vivan el patrimonio. Que no lo vean como algo estático o ajeno, sino como algo que los constituye y que merece ser conocido, valorado y actualizado”, indicó Rueda.
El videojuego será implementado inicialmente en instituciones educativas del área metropolitana de Bucaramanga como parte de una estrategia de formación patrimonial, y se proyecta su expansión a otros territorios interesados en vincular la tecnología con la enseñanza de sus raíces.