Max Verstappen se adjudicó el triunfo de la corona inglesa en el Gran Premio de Gran bretaña, con la menor diferencia en la temporada frente a su competidor Lando Norris, que con un McLaren pudo interponerse a tan solo 3.9 segundos del holandés. Lando revindico su trabajo y su esfuerzo, celebrando su séptimo podio con la escudería.
Mientras tanto, se libraba una batalla por el tercer puesto, donde Lewis Hamilton, ayudado por el coche de seguridad, a falta de 20 vueltas para el final, pudo pasar a Oscar Piastri y colarse tercero, pero dimitió del duelo con su compatriota, pese a tener un juego de neumáticos blandos por los duros de su rival por el segundo puesto.
Por parte de Fernando Alonso finalizó séptimo, en una carrera en la que no hizo otra cosa que defenderse desde la vuelta 7 hasta la bandera a cuadros y lo hizo con todo su talento, como todo lo que afronta. Un curso magistral para optimizar las pocas posibilidades que le daba el su carro el AMR23 en Silverstone, conteniendo durante 27 vueltas a un Pierre Gasly que acabó desesperado y en el final a Albon Y Lerclerc, mucho más rápidos. Su dedicación y conocimiento de cada metro de la carrera le permiten esos imposibles.
¿Qué paso con los Ferrari?
Los resultados sobran ya para hablar del equipo más famoso de la historia, que vive días muy tristes y sin escoger ni una pizca de imaginación para resistirse a los toros que los han sobrepasado, al igual que los alemanes AMG.
A Carlos Sainz lo dejaron en pista con unos neumáticos duros que le costaron cuatro puestos en dos vueltas y que a sus rivales, como Norris, le daban el podio, haciendo que los Maranello consigan la mínima puntuación de la tabla. Su carrera fue más que digna, pues mantuvo a raya a Hamilton durante 32 vueltas con las mismas gomas. Puede estar satisfecho de lo que ha mostrado en pista, para lo que tuvo que sortear de nuevo.