El fracaso de la propuesta inicial del Gobierno sobre reforma tributaria o ley de financiamiento fue una demostración contundente para el Centro Democrático sobre la necesidad imperiosa de construir una coalición con otros partidos para sacar adelante la agenda legislativa.
Una coalición entre partidos políticos que apoye a los gobernantes de turno y sus programas ha sido casi norma, no solo en Colombia sino en las democracias de Occidente.
Aunque algunos creen que prácticas de este tipo han degenerado en hechos lamentables como episodios de corrupción, otros consideran que el respaldo de unos partidos es indispensable para gobernar.
A propósito, el pasado 7 de septiembre, cuatro partidos políticos (Conservador, “la U”, Mira y Colombia Justa Libres) declararon su interés en acompañar al gobierno del presidente Iván Duque, elegido a nombre del Centro Democrático.
En ese momento, observadores hablaron de una coalición partidista alrededor de Duque y hasta se acuñó el término de “fuerzas duquistas”. Sin embargo, nunca se configuró una coalición porque al presidente Duque nunca le interesó ese esquema.
En consecuencia, los partidos votan los proyectos en el Congreso como quieren, sin ningún compromiso político con el Gobierno.
Una muestra del ruido en esa relación la dio la senadora Paloma Valencia al lamentar que la ministra de Justicia, Gloria María Borrero –del gobierno “que yo ayudé a elegir”, dijo Valencia– no la haya apoyado con la creación de un tribunal de aforados en la reforma de la justicia.
O como le pasó al representante a la Cámara uribista Gabriel Santos con la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, en medio del trámite de la ampliación de la vigencia de la ley de orden público.
En una sesión de las comisiones primeras de Senado y Cámara, Santos dijo que se volvió “una situación desafortunada” que los congresistas de su partido vayan a “votar cosas que el Gobierno no tiene a bien” compartir con ellos.
Y el caso más crítico fue la posición del expresidente Álvaro Uribe y su bancada de no votar el IVA a la canasta familiar propuesto por el gobierno que ellos eligieron.
El expresidente Álvaro Uribe, jefe máximo del Centro Democrático, parece haber tomado conciencia de esta realidad, por lo que fue el primero en alertar sobre la necesidad de buscar el apoyo de otros partidos.
El lunes pasado, en su cuenta de Twitter, el exmandatario escribió que uno de los “propósitos políticos inmediatos” es, precisamente, una “coalición interpartidista para concretar y apoyar las reformas del Gobierno”.
El viernes pasado, el partido manifestó que su labor estará orientada a “construir y desarrollar diálogos y alianzas con los diferentes grupos políticos para el desarrollo y logro de los temas capitales de la agenda legislativa” del Gobierno Nacional.
Las expresiones del partido de Duque parecen responder a la necesidad de “unidad del Centro Democrático” que el mismo Uribe también fijó como uno de los “propósitos políticos inmediatos”, el lunes pasado.