Las voces de protesta no se hicieron esperar, en algunos sectores, de la población colombiana y de la economía cuando el presidente, Iván Duque Márquez, anunció que las medidas sanitarias se extenderán hasta febrero 28 de año próximo.
Esa reacción se debe a que la ciudadanía aún se siente enjaulada por la cuarentena obligatoria a que fuimos sometidos y que, a la postre, evitó una tragedia de incalculables proporciones y resultados para la salud de los colombianos, y porque están asfixiados en la parte económica.
El haber tomado esta determinación es uno de los grandes aciertos del Gobierno nacional en el manejo de la pandemia, porque eso permitirá tener un diciembre sin aglomeraciones ni con gente en masa en los comercios para realizar las tradicionales compras de Navidad.
La sociedad colombiana no puede relajarse porque la pandemia no se ha acabado y, por el contrario, se espera que se presente un rebrote como ya ha sucedo en países de Europa, pese a que en esos Estados se ha realizado un excelente manejo de esta epidemia y, con todo y los eficientes cuidados y medidas tomadas, los rebrotes han obligado a cuarentenas más drásticas que las anteriores.
Sólo de la disciplina y la paciencia de los colombianos depende que se ralentice la propagación de la Covid-19 y que se eviten los contagios. Las cifras que entrega el Ministerio de Salud revelan que hasta este jueves se presentan 1.280.487 contagiados y 36.019 muertes y más de 59.000 casos activos. Esos crudos números son los que nos deben llevar a la cordura de no exigir que la emergencia sanitaria se acorte.
Es muy cierto que las tradiciones son muy difíciles de desarraigar del sentimiento de la gente, pero en esta oportunidad, y por muchos años, va a ser necesario que nos olvidemos de las celebraciones como las conocemos y nos tengamos que adaptar a la nueva realidad.
Esa realidad nos pone en un escenario en el cual está en juego la vida de todos porque la Covid-19 ha demostrado su letalidad y ninguno de nosotros está exento de un contagio.
Nos ha tocado aprender, a la fuerza, que las medidas sanitarias son necesarias e ineludibles. Los dos primeros Días Sin IVA fueron la demostración de la indisciplina de los colombianos que salieron a abarrotar los comercios sin guardar ninguna medida sanitaria, pero eso ya no se vio en la jornada del pasado sábado y esperamos que tampoco se presenten tumultos durante estos tres días de rebajas y ofertas que inician este viernes y culminan el domingo.
Sabemos que ha sido muy duro para todos el haber cambiado de hábitos, de tener que estar encerrados, de no poder acudir a reuniones, ni tratar con los amigos o los familiares como antes, pero eso ha permitido que nos cuidemos entre todos y que seamos más conscientes de nuestra salud y de cómo podemos proteger la de los demás.
Los días duros ya pasaron. Se acerca una temporada en la cual tenemos herramientas para afrontar esta pandemia y salir bien librados de ella. Ya existe suficiente información e ilustración para que, entre todos, hagamos de la nueva realidad un nuevo comienzo y que la disciplina sea la mejor lección aprendida en medio de estas vicisitudes.
