¿Qué gana la sociedad convertida en electorado como orientación para decidir su voto después de ver o escuchar un debate entre precandidatos de un partido?
Simplemente nada. Y es así porque los debates en el Cauca se han convertido en mascaradas, en “curules arregladas” para que ninguno de los políticos que debaten salga lesionado o tenga que perder su espacio de poder en el departamento, continuando con la herencia de seguir gobernando con el mismo emperador que llegó al Senado, que notamos que su escudero, el representante liberal con mayor votación electoral, renunciaría para aspirar a la Gobernación, resaltando que no le importa la sociedad donde la misma sufre las consecuencias de sus deficientes pasos por la administración pública.
Fue un ridículo ver el “debate” entre los aspirantes donde sus egos mostraban el poderío del lapicero, ahora, abandonan la confianza brindada por la gente exaltándolo como una persona que merecía llegar a ese cargo legislativo tan importante; si su intención era mostrar que podía llegar y a su vez que la gente apoyaría con voticos salvando esa curul, que se hablaba, que obtendría más de 100 mil votos para llegar al Senado, pero se salvó de vaina para que el cacique de la comarca no perdiera su Senado, como dicen muchos en corrillos de pasillo.
En ese debate, como se dice en el argot del bajo mundo del boxeo, hubo “TONGO” (que equivale en política a celebrar una pelea simulada, pactada para que gane uno de los competidores o no se agredan con la finalidad de no exhibir la naturaleza de su última realidad). Es decir, un engaño al público, en este caso al electorado.
El debate político se define por la calidad y pertinencia de las propuestas y no por la capacidad de injuria de los debatientes, así se vivió.
¿Para qué vamos a ver o escuchar un debate pactado entre los aspirantes panistas si ya tenían cuadrado que renunciaría para llegar a la gobernación?
No serán, hasta donde se ha publicado, transmitido por medios de comunicación electrónicos, en espacio abierto, la radio y la televisión, las vías para que los electores conozcan las propuestas de Carlos Julio Bonilla que de manera sutil está haciéndose sentir, manifestando que podría llegar a la gobernación renunciando a su curul de congresista refrendada el 20 de julio nuevamente.
Para mayor decepción de los electores caucanos, seguiremos comparando los debates entre izquierda o derecha y el vencedor de la contienda interna del partido del elefante, porque así queda demostrando, un gigantesco paquidermo que ahora aspirará a la gobernación sin importar la gente y la confianza que le brindó para que regresara al congreso.
Pero así se las gastan los políticos caucanos. Acaban con todo en aras de satisfacer sus ambiciones personales, hasta con la confianza de aquellos que los eligieron.
No olvidemos que el domingo se espera 12 millones de votos para acabar la corrupción, pero lo que se debe acabar realmente es que quienes se hagan elegir, renuncien parar arrancar otra carrera, abandonando el compromiso que adquieren con la gente, incumpliéndoles con su periodo el cual ganaron.