Sin querer caer en un relativismo absurdo, tenemos claro que la objetividad con mayúsculas no existe, mucho menos la verdad absoluta. Todos/as, al contar cualquier hecho, le imprimimos a unos acontecimientos determinados nuestra forma de verlos, de entenderlos, nuestra propia experiencia.
Nosotros/as no tratamos de engañar a nadie, cuando contamos una noticia nos posicionamos, buscando diferentes puntos de vista ante los hechos en cuestión, hablando, preguntando o buscando información de primera mano (citando estas fuentes, dejando constancia de espacios donde informarse más sobre el tema), pero sin tratar de ser asépticos/as informadores/as. Quien se autoproclame como tal no es más que un mentiroso. Es más, todos/as estamos condicionados/as, por las relaciones de clase, por nuestro bagaje cultural, por nuestro posicionamiento político, por nuestra ética y más aun porque a pesar que llevan tantos años laborando siguen viviendo de las miserias que les dan sus amos de turno o sus jefes son capaces de vender hasta su mama …, es lo que hay. Ni mentimos, ni inventamos, pero que nadie espere impersonalidad en nuestros escritos ha sido la diferencia de nuestro medio de esos pasquines que llevan siempre manipulando las noticias.
Al referírsenos algún hecho, cuando el narrador no es testigo ocular y, a veces no permiten preguntar de quien es la fuente, pero la buena lógica prescribe atender siempre a esta circunstancia y no prestar ligeramente asenso sin haberla tenido presente.
Lo curioso es que en el Cauca, a veces, entre tanta contienda por ganarse unos centavos o la audiencia que no tienen son capaces hasta de matar la mama o hablar mal de los colegas; la opinión pública en ciertos círculos, y quizá en todo el país, está fijada sobre el personaje de marras; de suerte que no parece que se miente de común acuerdo.
En efecto, los medios que no carecen de noticias, quizá son los mismos que le han declarado más cruda guerra; pero otros por el contrario, se alimentan de ellos: “Lo que es talento”, nadie se lo niega; “saben mucho y tiene malas intenciones”; pero ¿Qué quieren ustedes…? se han metido en eso y es preciso desbancarles; yo soy el primero en no respetarle como a medio de comunicación independiente que soy , y ojalá, que nos hubiese escuchado a nosotros valorando la forma que siempre resaltamos lo bueno y lo malo debido que somos propositivos pero hay tan poca noticia en este Cauca que por un plato de lentejas cualquier editor hace lo que sea por mantener su puesto como quien dice por defender la cuchara
POR DAÑAR ALGUIEN Y MAS UN HOGAR SON CAPACES HASTA DE MATAR LA MAMA.
Bendiciones para tod@s y el que lo entendió lo entendió.
MARCELO A. ARANGO MOSQUERA