Ya es hora para que la ciudadanía empiece a pensar, qué perfiles quiere para las alcaldías de sus municipios y qué gobernador necesitamos para el departamento, evitando caer en las redes de los “traficantes, negociantes y mercaderes” que agazapados ya están al acecho de los “parroquianos”.
Debemos entender que por los resultados electorales de las dos vueltas presidenciales pasadas, el panorama político en el Cauca quedó frente a una marcada tendencia mayoritaria hacia las llamadas candidaturas alternativas o con identidad popular.
Es un hecho que los partidos políticos y demás organizaciones dispuestas a promover candidaturas, ya están a la caza de aspirantes con perfiles y propuestas que interpreten el querer, el sentir y lo que necesita la gente, por lo que debemos permanecer atentos y vigilantes para no ser sorprendidos a la hora de proceder a ubicar y fumigar esas “alimañas”.
Con toda seguridad las próximas elecciones regionales tendrán como temas primordiales: la corrupción y la politiquería, hechos en torno a los cuales girará el debate, influyendo en alto porcentaje sobre la decisión de los ciudadanos, el impacto que causen en cada municipio y en el departamento, los resultados del primer año de Gobierno del nuevo Presidente.
Ojo y oído. En los municipios en los que el presidente Iván Duque, sea bien calificado, posiblemente los candidatos matriculados con esa causa tendrán grandes opciones, pero donde la evaluación sea adversa, serán los candidatos alternativos y populares los que mejor ubicación y ventaja tendrán a la hora de la verdad.
Para nadie es un secreto que por tantas promesas incumplidas, mamagallismo e irrespeto, el cansancio ciudadano ha llegado al tope, por lo que la renovación en el poder público sin admitir más esperas, es ya, debiendo quedar en manos de aspirantes que a la par con su experiencia, formación, transparencia y ética nos liberen de todos esos “politiqueros” que poseídos por el demonio de la corrupción tenemos que exorcizar.