Esta nueva matanza de ballenas ha generado indignación y renovados llamados internacionales para detener estas prácticas y proteger la vida marina
En las Islas Feroe, un archipiélago autónomo perteneciente al Reino de Dinamarca, ha ocurrido una nueva matanza de ballenas como parte de una tradición conocida como Grindadráp. Durante el transcurso de este mes, se han sacrificado más de 500 ballenas piloto o calderones piloto, pertenecientes a la especie Globicephala melas.
Entre el 8 y el 14 de junio, se llevaron a cabo cinco capturas masivas. Solamente el miércoles se reportaron 269 muertes en una acción realizada en el puerto de Vestmanna, y 178 muertes en Leynar, según datos proporcionados por la organización conservacionista internacional Sea Shepherd.
El método utilizado en estas cacerías implica asustar a los cetáceos en mar abierto mediante embarcaciones para acorralarlos en puertos o playas, donde son golpeados con hachas y palos hasta causarles la muerte. Aunque en el pasado estas capturas tenían como objetivo obtener alimento, en la actualidad se llevan a cabo por motivos culturales y tradicionales.
A pesar de las fuertes críticas recibidas a nivel internacional por parte de organizaciones conservacionistas, instituciones y gobiernos, las autoridades locales de las Islas Feroe han fracasado en sus intentos de prohibir o suprimir esta actividad.
La organización Sea Shepherd UK ha denunciado durante años este tipo de caza, y desde mayo de este año ha estado visibilizando los casos de acoso por parte de los cazadores a través de sus redes sociales. Según la ONG, ya han muerto al menos 570 ballenas piloto de aletas largas, y sin límite establecido para su caza, se espera que este número aumente significativamente este año.
Además de las cacerías en las Islas Feroe, la compañía islandesa Kristjan Loftsson Hvalur hf posee una estación ballenera y dos barcos balleneros con una cuota de 209 ballenas de aleta, la segunda especie de ballena más grande después de la ballena azul, para este verano.