Venezolanos acuden el domingo a las urnas en una elección presidencial en la que se espera que el mandatario Nicolás Maduro se imponga para un segundo periodo de seis años, a pesar de una profunda crisis que agrava la escasez de alimentos, dispara la inflación y derrumba la producción petrolera de la nación sudamericana.
Más de un millón de venezolanos han abandonado su país en años recientes en busca de una vida mejor en el extranjero, mientras que quienes permanecen aquí deben padecer el estar horas en fila para comprar alimentos subsidiarios y retirar dinero en efectivo, el cual es ahora casi imposible de encontrar.
Aunque las encuestas muestran que la mayoría de los venezolanos responsabilizan a Maduro de los crecientes problemas, aún aparece como el favorito para ganar en parte gracias a que sus principales rivales boicotearon la elección ante la desconfianza hacia la autoridad electoral, la cual es controlada por partidarios del gobierno.
Maduro terminó su campaña el jueves bailando en un escenario ante una multitud que lo aplaudía y ante la cual culpó de los problemas que enfrentan a una “guerra económica” orquestada por Estados Unidos.