Parece que el legado de más de cien años de guerra entre la población civil colombiana aún refleja secuelas en la cultura política y sale a relucir cuando sus dirigentes requieren mover a los adeptos de posición alguna, recordemos esa vieja guardia de liberales y conservadores, hoy cambiaron los nombre los de derecha, los de izquierda, pero al final la misma con los mismos.
Tantos años de nuestra historia teñidos por luchas sociales y políticas, y múltiples vocablos para referirse a ellos como olvidar esa lucha despiadada a los policías, perdida de ojos claro que hoy no podemos ser ciegos a la forma despiadada que asesinan a nuestros militares , policías y cuanto habitante piense diferente a aquellos grupos armados los cuales son los que mandan en este país debido a que tenemos un gobierno ciego , sordo y mudo a una realidad en la cual ellos son culpables donde de manera permisiva son los causantes de lo que se les salió de las manos.
En antaño, hablar de ideologías era asunto de letrados y liderar una opción diferente a liberal o conservador era de valientes, así como efímera su existencia, aunque siempre los ha cosechado nuestra tierra.
En el siglo pasado, Rafael Uribe Uribe, con propuestas progresistas como la redistribución del poder y la riqueza, abogó por la protección del anciano desprotegido, el sindicalismo, la población rural que obligada engrosaba las filas del Ejército, el acceso a la educación, entre tanta idea renovadora dentro del partido liberal, tanta brillantez termina con su magnicidio, justo cuando se trasladaba al Congreso con la reforma laboral bajo su brazo.
Años después le ocurrió lo mismo a Jorge Eliécer Gaitán, el caudillo del pueblo, el defensor de las causas populares, ninguno de ellos perteneció a la elite social ni a la de su partido liberal.
Ya cerrando el siglo, Luis Carlos Galán Sarmiento que, influenciado de las ideas reformistas y renovadoras, conocedor y consciente de la presencia de las mafias al interior de su partido, emigra a su propio ideario: Nuevo Liberalismo. Lo asesinaron.
De manera triste lo digo y resalto , pareciera que el sacrificio de estos héroes hubiere sido en vano, o será el temor a identificarse públicamente con una u otra corriente dado los estragos que ha dejado la violencia en los liderazgos de cualquier color.
Pues al ser encuestados, los colombianos dicen ser de “centro”, tal vez por protección personal contra las ráfagas virtuales que les lloverán sí dicen que son de izquierda o derecha, pero más escaso es tropezar con jóvenes enarbolando banderas de liberal o conservador.
Ya con el cambio de siglo aparecen nuevas opciones. Los colores básicos se desvanecen del rojo liberal “cachiporro” al naranja desteñido de la U, más comprometido con la doctrina neoliberal y de seguridad democrática, olvidando los postulados demócratas de liberal, y gira tanto en U que llega al azul de la época de los “godos”, (así como Sanches , Yague, Zambrano o el del recordado Neneco por nombrar algunos) , a través de un hilo conductor que los mantiene unidos en la policromía de ideas, mirando con desdeño la tendencia de los progresistas con la doctrina del estado de bienestar, defensa de los derechos humanos, equidad económica e igualdad social con participación activa del Estado en procesos que superen la desigualdad social y avance en la inclusión social.
Pues bien, en una reciente encuesta sobre cultura política, el Dane revela el comportamiento de los colombianos mostrando un considerable apoyo al centro con un 40.7%, seguido de derecha con un 23.9% e izquierda con 13.3%. El mismo Dane dice que el 95% del territorio está en manos de un puñado de propietarios privados que no supera los cien mil ciudadanos.
Que 3.4 millones de colombianos pasan hambre; que uno de cada cinco pacientes no tiene acceso a los servicios de salud, que somos un país de arrendatarios. Que, de cada cuatro colombianos, tres no se pensionan y en materia de educación ni se diga.
La región de la Costa Atlántica viene con tarifas de energía eléctrica impagables, aunque el Cauca ya está casi a la par, sino lo digan las manifestaciones de protestas en las oficinas que quedan en centro comercial campanario y los letrados dicen que tal situación es producto del neoliberalismo implantado en 1990, cuando nos dijeron bienvenidos al futuro. Era esto lo que esperábamos vivir treinta y cuatro años después.
Defender el acceso eficiente y efectivo a la salud, garantizar pensión a más de 2 millones de ancianos vulnerables, lograr que el día vuelva a ser hasta las 6 pm y la noche hasta las 6 am, abogar por mejoras laborales, soñar con que la traca traca de locomotoras cargadas de café y demás productos nacionales sea una realidad, no me ubica a mí en la izquierda, ni en la derecha al ciudadano del común confundido con el susto de que nos vamos a volver como Venezuela una realidad que deja los miedos pero como olvidar el espejo de los vecinos que muchos caminan o crearon empresas delincuenciales como el tren de Aragua entre otras .
¿Entonces quiénes son de centro según la encuesta? Documentémonos, manifestemos esa conciencia que por años hemos cultivado y participemos en la construcción de una generación demócrata, construyamos espacios de inclusión social, levantemos el nivel del debate político, volvamos a las tertulias y honremos a los mártires haciendo realidad el ideario por el que fueron inmolados.
Nosotros todos queremos vivir en paz, las reformas sociales en favor de los vulnerables son necesarias. Hacer política con indiferencia y con corrupción es egoísmo.
Donde no podemos olvidar llevar en nuestras bendiciones la familia , tu madre, tu esposa , tu vida y sobre todo el Cauca que en estos momento necesita mucha oración