El cierre de los salones de belleza en Afganistán ha desencadenado nuevas protestas en Kabul, donde decenas de mujeres se manifestaron valientemente contra la decisión del gobierno talibán.
El Ministerio de Prevención del Vicio y Promoción de la Virtud justificó esta medida argumentando que los gastos excesivos en estos lugares para bodas representaban una carga demasiado pesada para las familias pobres y que algunos servicios no cumplían con la ley islámica.
Durante los últimos 20 años de ocupación de las fuerzas estadounidenses y la OTAN, proliferaron los salones de belleza en Kabul y las grandes ciudades afganas. Sin embargo, desde el regreso de los talibanes al poder en agosto de 2021, las mujeres han enfrentado exclusiones masivas de la educación, el trabajo y la vida pública. Estas restricciones han privado a las mujeres de la mayoría de los centros educativos, universidades y empleos en la administración.
La decisión de cerrar los salones de belleza representa un duro golpe para las mujeres afganas, ya que estos comercios, en su mayoría administrados por mujeres, son su principal fuente de sustento y uno de los últimos espacios de libertad y sociabilidad en su vida cotidiana.
«No me quiten el pan y el agua», clamaba una pancarta en la manifestación del miércoles, mientras las fuerzas de seguridad dispersaban violentamente a las valientes manifestantes con cañones de agua. Estas protestas son poco frecuentes en Afganistán, pero la lucha de las mujeres por la igualdad y la dignidad ha cobrado fuerza y atención internacional.
El informe de Human Rights Watch (HRW) del 11 de enero de 2023 denunció que la situación de las mujeres afganas se ha deteriorado gravemente desde la llegada de los talibanes al poder en 2022. Prohibiciones como la negación de educación para niñas y el acceso a universidades y empleo.