Con el paso del tiempo, lo más probable es que lo tengan que operar de las dolencias propias de su ejercicio: clavículas fracturadas, depresión de costillas, deformidades en la columna, hernias umbilicales e inguinales y fibromas. Estas últimas son las callosidades que se forman en los hombros y que hacen imposible conseguir vestido de fábrica que les quede bien, y de paso permiten que subsistan los sastres sobre medidas.
Pero curiosamente, ese esfuerzo es casi que un seguro de vida. Los cargueros tienen una larga vida así hayan empezado desde niños (13 a 14 años), como se acostumbra. Carguero que se respete, dicen en Popayán, no puede morir antes de los 80 años. Sin embargo, ya no quedan cargueros del siglo pasado: el último era don Tomás Ibarra Castro, quien murió a la edad de 97 años.
Realmente es una bendición el llevar al hombro cada imagen pero considero que todo ser humano llevamos el mayor esfuerzo que es el de saber perdonar y entregar amor a nuestros vecinos.